¿Doble o nada? Mariano Rajoy ultima un plan para suprimir duplicidades en el Estado.

El Pleno del Congreso de estos días se ha convertido en un toma y daca de: “debería usted hacer” y “no se crea que no lo he pensado”. De entre las propuestas que más me han llamado la atención destaca la de Rosa Díez de Unión Progreso y Democracia quien ha instado al presidente del Gobierno a que reduzca la Administración y simplifique el Estado refundándolo. Pues sepan ustedes que al parecer hay algo así preparado.

En su respuesta, Rajoy aseguró que está terminando un plan que será llevado al Consejo de Ministros y con el que intentará evitar las duplicidades en la administración que, al parecer, tanto gasto le genera al Estado y tan innecesarias son. El presidente habló de entes públicos, organismos autónomos o empresas públicas entre otros.

Yo como soy bastante desconfiado, aún no acabo de entender a que se refiere el presidente y, como ya es costumbre en mi, he empezado a elucubrar y he llegado a mis propias conclusiones, sobre todo fijándome en lo que podría significar la frase “eliminar duplicidades” o lo que vendría a ser lo mismo, erradicar todo aquello que esté duplicado.

Es por ello que lo más probable que Rajoy prohíba a los funcionarios utilizar dos grapas para fijar los documentos, evitando así la duplicidad de material. Se acabó eso de baños para hombres y mujeres, con uno se ahorrarían una media jornada de la señora de la limpieza. Y la medida más cruel, la de eliminar trabajadores; con lo cual en aquellos ayuntamientos, cabildos o gobiernos autónomos donde hubiera hermanos gemelos, habría que despedir a uno de los dos. Ya saben, nada de duplicidades.

Pero como siempre se me va la mano y estoy más perdido que Adán en un puesto de manzanas, decirles que lo de suprimir duplicidades significará eliminar por ejemplo, organismos autónomos. Ahora solo faltará ver cuales manda a paseo el actual gobierno, sobre todo teniendo en cuenta que tras las últimas elecciones, España es de color azul. Aún así tengan cuidado porque  Rajoy dará un mandoble a lo que vea doble.

Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…