Sinopsis:
QUIÉN SABE, QUIZÁ HAY QUE CREER EN LA MAGIA DE LA ÚLTIMA NOCHE DEL AÑO…
En la boda de Celia y Álvaro uno de los invitados no parece disfrutar del momento… Diego ha vuelto a Tarabán para empezar de nuevo.
Viudo y con dos niñas, es demasiado joven para vivir de recuerdos pero su trabajo como veterinario rural y su agotador día a día de padre en solitario no le dejan ni el tiempo ni las ganas de volver a enamorarse.El mismo día del enlace más esperado en el pueblo, tropieza con una rubia agente de la guardia civil con muy malas pulgas y muchas ganas de poner multas, que pondrá su vida del revés. Vanesa es un soplo de aire fresco, desafío y pasión, suave como una mariposa y dura como el acero. El amor llega como un regalo inesperado pero Vanesa ha escogido una profesión de alto riesgo. Diego ya sabe lo que perder a la mujer que amas, y el miedo a tener que pasar de nuevo por lo mismo pondrá las cosas aún más difíciles.Aunque, quién sabe, quizá hay que creer en la magia de la última noche del año…
Nunca había leído a Olivia Ardey y ya le tenía ganas. Encontré este libro en Amazon que me servía para mi reto del Reloj y decidí que era hora de empezar con esta autora y me decanté por este libro tan cortito: Doce campanadas y un beso.
Al ser tan corto no será una reseña larga. Tengo que decir que aunque sea corta y sea una secuela de uno de sus libros –salen protagonistas de su otro libro- no es una historia mal contada, aunque es verdad que al menos para mí, un poco precipitada sí.
Un pueblo de Teruel. Una boda. Amigos. Una pareja de guardias civiles trabajando mientras que todo el pueblo está en la boda. Y un coche con unos chicos algo “contentos”. Así es como empieza está aventura.
Se celebra la boda de Celia y Álvaro donde son acompañados de su familia y amigos. Allí se encuentra Diego, un chico que ha enviudado recientemente con dos niñas pequeñas a su cargo. Ha vuelto a su pueblo después de lo ocurrido ya que en su pueblo está su familia, su hermanito y sus padres que regentan el bar.
Durante la celebración de la boda, se conocen de manera muy brusca Diego y Vanessa, una chica valiente, decidida, abrumadora y… un tanto abusadora. El encuentro es insólito y muy divertido. Y este es el punto donde empieza la historia de estos dos muchachos. A mi parecer, la historia de amor no es precipitada, pero sí todo lo que ocurre a su alrededor: No me entra en la cabeza que te acabes de conocer y vayas a conocer a los padres de la mujer muerta… ¡perdóname! Es demasiado rápido y prematuro en una relación que no sabes cómo va a acabar.
Una de las cosas que más me gustó en el libro es el amor de Vanessa hacia los perros, y los pensamientos de Diego al pensar en ello. Y otro de los momentos fue cuando el amigo del padre se hace cargo del encargo de Diego y el padre de ella para que su hija se animara: ¡qué detallazo y que preciosidad de regalo!Además de los protagonistas, los personajes que más me han gustado y me gustaría saber más de ellos es la pareja gay Max y Nico. Esas miradas, ese amor al perro, esa vida tan interesante me ha hecho querer saber más (no dudo que lea el libro donde son parte de los protagonistas).
En resumen, una historia muy breve, con un final de cuento. Muy fácil de leer, con alguna errata (pero no muy gorda) con una historia de amor distinta y sorprendente. Quizás para mi gusto hubiera necesitado algunas páginas más para evitar esos detalles apresurados que ocurren, pero una bonita y romántica historia de amor con su pequeño toque erótico. Sin duda repetiré con la escritora ya que me ha gustado su forma de narrar fácil y amena.