

Aún queda vino empieza el álbum, un tema de esperanza y optimismo, con una sección rítmica muy presente y ese estribillo impenitente que se te queda rápidamente. El gemelo malvado es una extraordinaria canción, quizás mi favorita del álbum, un medio tiempo en el que la banda desarrolla lo mejor de si misma, Manolo clava la voz y el acompañamiento instrumental es maravilloso, y esos desarrollos armónicos preciosistas rematan el tema, con ese cello de Victoria García sobre todo. Al cuarto día desata la furia vocal de Manolo Bertrán, otro extraordinario tema que tiene fuerza y garra, que arranca, para y vuelve a arrancar y donde hay unos teclados tocados por Gabriele del Vecchio que dan un adorno preciso de fondo. Engáñame tiene un ritmo lento al inicio y un estilo de película, hasta que coge ritmo y se desata con unos coros muy acertados, la armónica de Chumi, y otra vez ese teclado de Gabriele, gran canción. Un viaje largo junto a la anterior, son canciones que para mi amplían la paleta sonora del grupo de manera distinta, pero muy interesantes, en esta en concreto que es un medio tiempo, la letra es casi un recitado, va a posta a su bola mientras la música está de fondo, hasta el cambio brutal donde todo se une y estalla en un todo fantástico, y ahí la banda vuelve a sacar todo su potencial rockero, otro gran tema.Los pies en la tierra es un tema clásico en la concepción del grupo, un medio tiempo precioso, con coros bonitos, la armónica haciendo su solo y el adorno de la trompa de Vanessa Juan. El humor vuelve al lado más campechano de la banda, con una letra en la que habla de si sus chistes gustan o no, o si son o no entendidos, si se recurren a los libros de autoayuda o no, etc...Sonámbulo con un inicio rockero desata de nuevo todo el armamento de la banda, con la voz de Manolo disparando y esa armónica desatada. Todos los cielos son la misma vida vuelve al medio tiempo, de bonita letra y con un desarrollo que va a más, donde los coros tienen un papel importante. Mi querido amigo habla del otro yo, de esa otra personalidad que a veces tenemos por ahí algo fantasmal, buen tema con guitarras que sobresalen. Termina el trabajo con El tercer hombre sobre el ring, con el asunto del boxeo que los que conocemos a Manolo sabemos que es una de sus especialidades, en este caso se inicia con el anuncio de un combate y que se centra en este caso en un árbitro, el mítico Ruby Goldstein (que también fue boxeador de joven) de la época de Rocky Marciano o Joe Louis, pero que quedaría marcado por la pelea de 1962 entre el norteamericano Griffith y el cubano Paret donde éste último perdió el título de campeón y la vida, después de una serie de golpes seguidos que le dejaron mal herido, sin que Goldstein parara el combate, ese error hizo que se retirara definitivamente desde entonces.

Os dejo con el tema y vídeo de Aún queda vino.