Slavoj Zizek es, como buen eslavo, un plato fuerte. Cuando en una conferencia le presentaron como doctor en filosofía, él saludó bastante alto, en español: ¡hola camaradas! y aclaró: uno siempre es mucho menos que su título. Ningún presidente es total presidente. El título contrasta con la realidad de la experiencia y crea un vacío entre:
Título simbólico vs. miserable experiencia.
Pero así es mejor, dice. La Venus de Milo no está completa y hacerlo sería un crimen. Los huevos Kinder vienen con un vacío en su interior y uno paga por ese vacío, pero a cambio obtiene más: el estúpido juguetito. Más por Menos, que es el Congreso en el que le invitaron a repartir estas reflexiones.
Epistemology and architecture. How we know things. There are:
known knowns
know unknowns
unknown unknowns
unknow knowns > Here is greatness of beauty in architecture
Es decir, hay cosas que
sabemos que sabemos
sabemos que no sabemos
cosas que no sabemos e ignoramos su existencia (no sabemos que no sabemos)
no sabemos que sabemos > Y aquí, en las cosas que hacemos bien sin darnos cuenta, está la belleza y la grandeza de la arquitectura, en opinión del Zizek, un filósofo poco convencional si es que ha habido alguno que lo sea.