Antes de nada AVISO: Esta entrada está llena de spoilers.
La temporada 7 de Doctor Who me está entusiasmando cada vez más. Salvo por el capítulo Dinosaurs on a Spaceship que me pareció un poco flojo, los demás están siendo pequeñas maravillas.
The Power of Three me ha recordado a la época del décimo Doctor, en la que era más habitual que viéramos la vida cotidiana de las acompañantes (Rose, Martha, Donna), sus familias, etc. En este caso Rory y Amy se enfrentan al dilema de compaginar su vida “normal” con la agitada vida que viven cuando viajan con el Doctor. Algo que también afecta al Doctor, como se ve en esa maravillosa conversación que mantiene con Amy que casi hizo que se me saltaran las lágrimas, está claro que nos están preprando para la despedida de los Pond, no sabemos cómo será pero seguro que la recordaremos.
Otro tema que no veíamos desde la época de Russel T. Davies es un acontecimiento a escala mundial en el planeta Tierra contemporáneo, en este caso es una invasión lenta de cubos misteriosos que nadie sabe de dónde vienen y el año en que el Doctor vino para quedarse, según las palabras de Amy, un concepto maravilloso que nos saca de la habitual dinámica de la serie desde que llegó Moffat.
Me gustaría mencionar también la banda sonora de este capítulo, la música suele ser genial pero la de este capítulo me ha llamado la atención por la curiosa atmósfera que crea dentro del entorno cotidiano de los Pond.
Al final descubrimos de dónde vienen los cubos y lo que nos temíamos: tienen la intención de destruir a la raza humana porque la consideran una plaga. Pero, en mi opinión, esto es lo menos importante del capítulo. Lo relevante es lo que está pasando con la relación entre los Pond y el Doctor y la inminente separación que se acerca.
La semana que viene vuelven una de las mejores creaciones de Moffat: los “weeping angels”.