‘Doctor Who’ es la serie británica por excelencia y una de las primeras producciones de Sci-Fi creadas para la televisión en el año 1963, con el típico toque inglés de misterio y humor que tanto caracteriza y además, una de las más longevas a pesar de los parones.
El argumento es tan original como surrealista: Un extravagante y solitario alienígena del que nadie conoce su verdadero nombre y que siempre está acompañado de gente, que viaja por el tiempo y el espacio en una ‘Blue Box’ policial típicamente británica, interviniendo en diversos momentos históricos y salvando al universo miles de veces.
Pero eso no es todo, existen varios actores que han interpretado al Doctor oficialmente, siendo Tom Baker (4º Doctor) el más reconocible entre los actores que le han dado vida, junto a David Tennant (10º Doctor). El motivo de esto es que cuando sufre daños serios y está a punto de morir, se regenera con un aspecto diferente, dando la excusa perfecta a los guionistas para cambiar al actor.
Pero me voy a centrar en las últimas temporadas, las protagonizadas por Matt Smith, quién ha dado un giro loco y aventurero al personaje debido a Steven Moffat (coguionista de la película de ‘Tintín’ y creador de la genial ‘Jekyll’). Son tramas sencillas envueltas en misterio, que interconectadas entre sí durante todo el serial, adquieren una complejidad y finalidad argumental que deja a muchos atónitos por los vuelcos argumentales inesperados y los villanos curiosos que nunca esperarías ver en una serie.
Todo ello acompañado de la preciosa Karen Gillan y de Arthur Darvill, que hacen las veces de ‘sidekicks’ o compañeros de viaje.
Cada temporada actual consta de 13 capítulos y un especial de navidad, siendo relevantes para la trama todos los capítulos y sin apenas relleno, al contrario de lo que sucede en las series americanas de más capítulos.
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