Cuando no hay narración...Uno de los logros de la octava temporada fue reemplazar al Doctor de un solo chiste encarnado por Smith para depositar en su lugar a un Doctor como el de Peter Capaldi, apostando fuerte por su desarrollo como personaje. Lo que se vio el sábado ha estado más cerca de una versión avejentada de Matt Smith que del propio Doctor de la octava temporada, pues Moffat ha caído deliberadamente en la trampa en su afán por ocupar una importante parte del episodio en un alargado chiste de anacronismos. Otro de los personajes que sufrió esto fue el de Missy, la cual básicamente ha vuelto (sin explicación alguna de momento) para lucir sus poses y frases extravagantes sin tener el episodio más función que el de un triste fanservice. Y es uno de los vicios más añejos del showrunner actual, no saber cuándo parar de usar a sus a sus creaciones: River Song apareció hasta en la sopa, Los Angeles aparecieron tanto que perdieron su encanto, Los Pond habían tenido una gran despedida pero tuvieron que volver para que Moffat los despidiera nuevamente en unos de los peores capítulos de la historia de la serie (The Angels take Manhattan), y un largo etcétera.La necesidad de que los tics reconocibles acaben comiendo cualquier personalidad que pueda tener el personaje es lo que ha hecho de esta última etapa de Doctor Who algo tan superficial y volátil, que ha dejado tan poca huella y ha aportado tan pocos episodios recordables. Este debut de temporada ha sido otro recordatorio de que esos defectos están presentes y habrá que seguirlos masticando por un tiempo.Pero lo peor del capítulo ha sido, sin embargo, que ha carecido por completo de algo que contar; ha sido una introducción demasiado larga hacia la nada ya que ni siquiera la principal atracción del episodio es una idea tan imaginativa como para no intuir desde ya como puede acabar.El episodio ha avanzado a fuerza de golpes de efecto, intentando captar nuestra atención desde el arranque con la aparición de un viejo personaje de las aventuras clásicas del Doctor y agregando matices desconocidos a su relación. Luego debemos toparnos con Missy, presuntamente muerta, que vuelve (como se había visto ya en varios avances) y para colmo todavía nos espera otra revelación sobre el final (y van…), trucos para que el público no se levante al baño sobre todo en esos momentos en que el episodio claramente se ha estancado (aburridísimo segmento inicial de la búsqueda del Doctor y alargadísimo show de un Doctor irreconocible en plena Edad Media).Es tal la necesidad hacer un capítulo que arda en las redes sociales que a las múltiples revelaciones ‘impresionantes’, se les agrega uno de esos cliffhangers típicos de Moffat que dejan varios frentes abiertos para el siguiente episodio. Pero siendo sinceros, ¿De verdad pretenden emocionarnos con algo así? En una serie donde acabamos de presenciar el mágico revivir de un personaje y donde ya se ha anunciado oficialmente el regreso de River Song (pesados) en algún momento de la temporada, ¿se puede esperar que algo sea permanente en esta serie? ¿Se puede siquiera soñar que no exista un giro rocambolesco que permita que todo vuelva al cansador status quo de la serie?En definitiva, el regreso de Doctor Who ha sido muy flojo, pero a diferencia del fallido inicio de la octava temporada, “The Magician's Apprentice” da la sensación de ser exactamente lo que ha querido ser, por lo que debemos enfrentar que tenemos un equipo de producción que hace del despropósito un triunfo (y esto desde hace varios años ya). Mucho miedo da, pues, lo que viene y puede que volvamos a enfrentar una temporada donde algún capítulo suelto sea lo único rescatable del año. Esperemos que no sea así y que las ideas vuelvan a florecer, ya que la imaginación en este episodio se ha limitado sólo al excelente sentido del título.
Revista Cine
Doctor Who. Temporada 9, Episodio 1. El regreso de los 'personajes-chiste'
Publicado el 21 septiembre 2015 por Criticasen8mm @Criticasen8mmCuando no hay narración...Uno de los logros de la octava temporada fue reemplazar al Doctor de un solo chiste encarnado por Smith para depositar en su lugar a un Doctor como el de Peter Capaldi, apostando fuerte por su desarrollo como personaje. Lo que se vio el sábado ha estado más cerca de una versión avejentada de Matt Smith que del propio Doctor de la octava temporada, pues Moffat ha caído deliberadamente en la trampa en su afán por ocupar una importante parte del episodio en un alargado chiste de anacronismos. Otro de los personajes que sufrió esto fue el de Missy, la cual básicamente ha vuelto (sin explicación alguna de momento) para lucir sus poses y frases extravagantes sin tener el episodio más función que el de un triste fanservice. Y es uno de los vicios más añejos del showrunner actual, no saber cuándo parar de usar a sus a sus creaciones: River Song apareció hasta en la sopa, Los Angeles aparecieron tanto que perdieron su encanto, Los Pond habían tenido una gran despedida pero tuvieron que volver para que Moffat los despidiera nuevamente en unos de los peores capítulos de la historia de la serie (The Angels take Manhattan), y un largo etcétera.La necesidad de que los tics reconocibles acaben comiendo cualquier personalidad que pueda tener el personaje es lo que ha hecho de esta última etapa de Doctor Who algo tan superficial y volátil, que ha dejado tan poca huella y ha aportado tan pocos episodios recordables. Este debut de temporada ha sido otro recordatorio de que esos defectos están presentes y habrá que seguirlos masticando por un tiempo.Pero lo peor del capítulo ha sido, sin embargo, que ha carecido por completo de algo que contar; ha sido una introducción demasiado larga hacia la nada ya que ni siquiera la principal atracción del episodio es una idea tan imaginativa como para no intuir desde ya como puede acabar.El episodio ha avanzado a fuerza de golpes de efecto, intentando captar nuestra atención desde el arranque con la aparición de un viejo personaje de las aventuras clásicas del Doctor y agregando matices desconocidos a su relación. Luego debemos toparnos con Missy, presuntamente muerta, que vuelve (como se había visto ya en varios avances) y para colmo todavía nos espera otra revelación sobre el final (y van…), trucos para que el público no se levante al baño sobre todo en esos momentos en que el episodio claramente se ha estancado (aburridísimo segmento inicial de la búsqueda del Doctor y alargadísimo show de un Doctor irreconocible en plena Edad Media).Es tal la necesidad hacer un capítulo que arda en las redes sociales que a las múltiples revelaciones ‘impresionantes’, se les agrega uno de esos cliffhangers típicos de Moffat que dejan varios frentes abiertos para el siguiente episodio. Pero siendo sinceros, ¿De verdad pretenden emocionarnos con algo así? En una serie donde acabamos de presenciar el mágico revivir de un personaje y donde ya se ha anunciado oficialmente el regreso de River Song (pesados) en algún momento de la temporada, ¿se puede esperar que algo sea permanente en esta serie? ¿Se puede siquiera soñar que no exista un giro rocambolesco que permita que todo vuelva al cansador status quo de la serie?En definitiva, el regreso de Doctor Who ha sido muy flojo, pero a diferencia del fallido inicio de la octava temporada, “The Magician's Apprentice” da la sensación de ser exactamente lo que ha querido ser, por lo que debemos enfrentar que tenemos un equipo de producción que hace del despropósito un triunfo (y esto desde hace varios años ya). Mucho miedo da, pues, lo que viene y puede que volvamos a enfrentar una temporada donde algún capítulo suelto sea lo único rescatable del año. Esperemos que no sea así y que las ideas vuelvan a florecer, ya que la imaginación en este episodio se ha limitado sólo al excelente sentido del título.