En espera de que el tórrido verano llegue a tiempo a Cannes (por el momento estamos bastante lejos en la escala de Fahrenheit y sólo quedan unos días), lo único seguro que se subirán, en todo caso, son las 24 escaleras de su sede, rojas como la sangre y glamurosas, color lápiz de labios derretido. Pero para calentar el ambiente y atraer los anticiclones cinematográficos está Documenta, en su décima edición, uno de los festivales más importantes, y en todo caso, más necesarios de nuestra geografía.Las salas de la Cineteca (ese maravilloso lugar para vivir) también disfrutan de unas excepcionales escaleras y aquí la estrella principal es el público, al que se le regalan joyas de Petra Costa, Joshua Oppenheimer o Droh Moreh. Del 5 al 12 de mayo (vital para el cine, necesaria para el espectador y regeneradora para nuestro cerebro) te espera Documenta en Madrid.Una vez hechos los deberes con dos películas excepcionales que se acaban de estrenar, 7 cajas y Tomboy, continúa la serie de los buenos estrenos del cine invisible. El próximo 10 de mayo tres nuevas bombas directas a nuestra línea de flotación visual: El impostor, posiblemente, el film que se convertirá en el documental del año. Rebelle, nominada al Oscar como mejor película de habla no inglesa, intensa, dura y, a la vez, poética sobre los niños de la guerra. Y morbazo asiático, pasado por el molinillo hollywodiense pero no edulcorado: Stoker…Un medio de miedo al que hay que añadir un festival que, pasada su mayoría de edad (19 añitos ya), se ha soltado la melena, el Fant de Bilbao: con Antiviral, la primera película del hijo de Cronenberg (el padre puede considerarse normalito si lo comparamos con su vástago), peliculón, sin duda alguna. Maniac y su toque canalla; Room 237, íntimamente ligada a Stoker (ya os contaré) y clásicos IMPRESCINDIBLES como La noche del cazador (quien no ha visto esta película, no conoce el verdadero arte del cine) o Mal gusto. Literalmente, una semana de miedo, del 3 al 10 de mayo.