Revista Diario

Documento de la Asociación de Economía de la Salud y atención primaria

Por Ragonzalez
Mañana me voy de vacaciones y ya vislumbro el horizonte de palmeras de tocarme la barriga durante unos días y de no pensar más que en cosas amables que me acaricien un poco los centros del placer, tan castigados este año. Es decir no tengo, ahora mismo, ganas de ponerme a pensar en serio sobre cuestiones organizativas del sistema sanitario (tampoco estoy seguro de que me apetezca a la vuelta). También confieso otra cosa: tengo prejucios muy negativos contra los llamados gestores o economistas de la salud. A cierta edad ya no se puede separar lo teórico de lo conocido. Y los llamados gerentes que yo he conocido digamos que no salen muy favorecidos en el recuerdo: ni en su capacidad profesional, ni por supuesto en su ética. pública. Los resultados están a la vista y conozco unos cuantos que han sido y son agentes dobles, lo cual redondea el melancólico círculo actual: están destruyendo conscientemente la sanidad pública algunos de los  que decían ser sus adalides.

Por tanto, por ahora, solo quiero compartir un documento que sospecho que comenzará a moverse y que muchos  consideraran una fundamentada opinión de expertos.  De esos que esperan estar dirigiendo siempre las cosas  desde arriba y a salvo de toda responsabilidad, como por otra parte ha ocurrido hasta ahora.  Dicho esto reconozco que en el documento que quiere ser de debate es una oportunidad  para pensar y analizar alternativas y merece ser leído atentamente. También para observar los vientos que corren y el papel que en él se adjudica a los distintos actores que intervenimos en el sistema sanitario.  En concreto el papel que se asigna a la atención primaria  que  pongo literalmente a continuación:


(...) 9. UNA ATENCIÓN PRIMARIA EMPRENDEDORA PARA LA SOSTENIBILIDAD.La Atención Primaria (AP) necesita incentivos especiales para salir de la crisis. Esos incentivos se relacionan parcialmente con las retribuciones y condiciones laborales. Siendo España uno de los pocos países de nuestro entorno en que los profesionales de AP son asalariados de la Administración que trabajan en dependencias propiedad de ésta, debería plantearse la reorientación de la estructura actual hacia un modelo no integrado verticalmente en la producción pública, en el que agrupaciones de profesionales de la salud ofertaran la prestación de sus servicios al financiador, asumiendo los riesgos económicos derivados de su mayor o menor eficiencia, como resultado de su gestión clínica.
Es decir postula la total desaparición de una atención primaria como puerta de entrada al sistema y basada en el modelo de Centros de Salud. Ese punto se puede unir a otros dos: (...) 10. CAMBIO DE FOCO HACIA PACIENTES CRÓNICOS, FRÁGILES Y TERMINALES.
Los yacimientos principales de mejoras de eficiencia, seguridad y calidad se encuentran en la atención a pacientes crónicos, pluripatológicos, frágiles y terminales. Estos casos constituyen un reto para la atención primaria y para el actual hospital general de agudos, segmentado en servicios de especialidad y con tendencia a la hiperespecialización. Las estrategias de crónicos y paliativos exigen cambios en la arquitectura organizativa de la red sanitaria. En primer lugar, deberían potenciarse las estrategias de enlace entre primaria y especializada, con apoyo de medicina interna y desarrollo de nuevos servicios de gestión de casos y de gestión de enfermedades. También es urgente coordinar los servicios sanitarios y sociales entre sí, y éstos con las estructuras de salud pública. En segundo lugar, el hospital debería abrirse en un doble sentido: a redes hospitalarias subregionales, donde grandes hospitales hagan función nodriza sobre pequeños centros de proximidad y hagan viable técnicamente su función; y a redes regionales de unidades de alta especialización, donde circulen pacientes y médicos para beneficiarse de la concentración de casos y destrezas. En estas redes regionales pueden establecerse 5servicios compartidos (generales, centrales y clínicos), que aporten eficiencia sin mermar calidad o disponibilidad local de conocimiento experto. (...) 13. DESFUNCIONARIZAR PARA PROFESIONALIZAR
Cada vez más los proveedores públicos de asistencia sanitaria han de competir, o al menos convivir, con proveedores privados en régimen de concierto o concesión. La red pública necesita dotarse de instrumentos de gestión de recursos humanos que le den flexibilidad y adaptabilidad a las necesidades. Por ello debería iniciarse un proceso no traumático y gradual de desfuncionarización de los profesionales sanitarios, en particular de los médicos. Por otra parte, en el más que probable caso de que las restricciones económicas actuales obliguen a modificar las plantillas, deben evitarse las reglas fijas uniformizantes y aquéllas que impliquen despedir siempre a los últimos que entraron. Antes de despedir habría que reestructurar, con criterios de efectividad, productividad y valor añadido para la red y el ciudadano. Si os apetece podéis comenzar a pensar como se puede construir, en la práctica, un escenario como éste, como nos afecta profesionalmente o personalmente, el papel en el que quedamos los médicos de familia o si tiene sentido nuestra especialidad tal como fue diseñada. Yo he decidido que quizá lo haga en Septiembre, aunque no es seguro. Por ahora prefiero pensar en las palmeras. 

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