Dodecaedros en Tongeren

Dos dodecaedros: uno galo-romano y una escultura callejera que lo reproduce.

Muchos museos centroeuropeos exhiben bonitos dodecaedros regulares agujereados en bronce y con pequeñas esferas unidas a sus vértices. Las dimensiones son variables y se mueven sobre los seis centímetros de arista. Diversos enigmas y controversias rodean a tan matemática figura. Los debates se centran sobre si era un objeto con utilidad práctica o solo se consideraba adorno, ritual o agradable estéticamente. Se considera galo-romano por su área de extensión: no se han encontrado ni en la península Itálica ni en la Ibérica.

La forma dodecaédrica es relativamente corriente en la naturaleza. Frecuentemente se encuentran cristales de pirita (piritoedros), que no siendo dodecaedros regulares se aproximan lo suficiente para que un artesano de la edad del bronce se atreviera a reproducir el poliedro.

El atractivo de la forma dodecaédrica ha hecho que en algunos museos o ciudades no se limiten a exponer los dodecaedros galo romanos, también se han levantado esculturas como en Homburg (Alemania) o en Tongeren (Bélgica).

Tongeren se ha vinculado a su dodecaedro: en la localidad belga se ha reproducido un dodecaedro en una plaza recoleta, pegado a un banco donde reposar (ensanchamiento de la calle Truider).

El moderno Museo Galo Romano de la localidad es modélico en su género y una muestra de como enseñar los objetos en un recinto de calidad y con un relato que los haga atractivos. Allí se encuentra el dodecaedro original.