Puntuación @tomgut65: 6/10
Revista Cine
Los caminos del amor son inescrutables, se puede llegar a él por lo convencional o por lo insólito, por ejemplo a través del masoquismo. Para lograrlo es conveniente un sádico como media naranja, parece lo más lógico. Pues eso nos dicen desde la gélida Finlandia. Partiendo de la destrucción emocional se pasa a la reconstrucción por medio del dolor consentido hasta rehacer una vida rota, eso no es otra cosa que la autoaceptación de lo que uno es y quiere ser. Se puede, por tanto, clasificar a esta película como una atípica tragicomedia romántica, en la que lo extremo nos lleva al mismo punto final que lo convencional. Y todo puesto en escena con buen gusto, sin juzgar ni excitar el morbo o el sensacionalismo grosero. El pecado está en los ojos del que mira, hay y debe haber gente para todo. Guste o no, así es el mundo.