Autor | Javier Poveda
Artículo publicado en Expansión con el título “Best friends”
- Es hora de invertir en nosotros mismos, esto no va a durar siempre. Hay que salir fuera.
Cuando uno oye esas voces en una empresa china, lo primero que piensa es:
“eso es lo que teníamos que haber hecho nosotros. “
No sé cuanto tardaran en hacerlo, pero con esa filosofía, auguro que más pronto que tarde las empresas chinas, mejores o peores, se incorporarán al mercado global en busca y captura de nuevos clientes, y nuevas fuentes de facturación.
En particular, en arquitectura, hasta ahora no tienen el nivel para competir en Occidente con las firmas occidentales. Además, allí no tienen guanxi y si aquí a veces dependen de ciertas firmas occidentales (por el halo de prestigio, la calidad de diseño y la tecnología), entrar en su terreno se antoja más que complicado. Tiempo al tiempo.
El primer paso ya se dio hace tiempo al incorporar managers occidentales en las firmas chinas. Ahora podemos encontrar occidentales juniors y seniors. De la noche a la mañana no se puede pretender escribir una página en la historia de la arquitectura, pero…cuantas firmas occidentales tienen (o tenían) volumen de negocio sin ser especialmente brillantes. Que yo sepa, muchas.
Torre Z15 de 500 metros y 120 plantas diseñada por Terry Farrell + BIAD + ARUP para la ampliación del Central Business Disctrict de Beijing.
- El primer punto a considerar, es que al calor de la prosperidad han surgido cientos de firmas chinas que ya empiezan a dar niveles de calidad que algunos quisieran en occidente. Sus Principal y Asociados han estudiado en las mejores universidades de occidente y no tienen nada que envidiar a sus homólogos en las firmas anglosajonas. Ya tienen su Pritzker (por motivación política o no), y algunas firmas chinas como MAD ya empiezan a pasearse por las universidades de medio mundo a dar conferencias al más puro estilo “arquitecto top”.
- El segundo punto a su favor es que debido al desarrollo de los últimos diez años, tienen un pulmón financiero y unos volúmenes de facturación que no son fáciles de alcanzar ni para las firmas occidentales más potentes. Vamos, que tienen dinero y eso siempre es una ventaja.
- La tercera ficha es que encima, su gobierno les apoya poniendo a los big four (China Construction Bank, ICBC, ABC Bank y Bank of China) detrás de ellos si se tratan de SOEs o ex SOEs. Eso hace que su potencia a la hora de aportar recursos se multiplique.
En un primer estadio. ¿a dónde ir?
El sentido común dice que los mercados en desarrollo próximos a China, como Vietnam, Malasia o Birmania parecen más asequibles que ir a competir a Estados Unidos. Y el otro método habitual es “seguir a tu cliente“, que es lo que están haciendo en África. ¿Es occidente inexpugnable? A mi parecer, en absoluto.
- ¿Y como me puede quitar a mi un proyecto un chino?
Una de las primeras respuestas es: “teniendo un socio español más influyente y más fuerte que tú.” Exactamente igual que aquí hacen las firmas occidentales.
Aeropuerto Internacional de Nanning diseñado por KPF + BIAD.
Otro motivo puede ser, que estas firmas en su historia reciente han acumulado un curriculum imposible de alcanzar por muchas occidentales: aeropuertos, estaciones de alta velocidad, edificios en altura, puentes, urbanismo, etc… Muchos de ellos en colaboración con know-how de las mejores firmas internacionales. Por números, cifras y acreditaciones (que por otra parte es lo que se pide en una precalificación) no hay discusión posible. Sólo el top de las occidentales tienen experiencias análogas.
Otra opción, es que el cliente sea suyo. Y no precisamente pequeño. Eso puede pasar con una hipotética sede central de Huawei, una torre para HNA o un parque logístico de Shanghui.
Las inversiones (transversal a todos los sectores) de las corporaciones chinas en el extranjero, y en nuestro caso en España, pueden ser una fuente de proyectos. Ni que decir tiene el hambre que tienen por el inmobiliario occidental.
En éste escenario: ¿no es viable un acuerdo best friends con una firma china?
Quizás mirar las cosas al revés nos puede dar algunas pistas.
No lleguemos tarde a todos los desembarcos. Es quizás una fórmula para abrir mercado a la vez de para fortalecernos en el nuestro: ni nosotros somos inexpugnables, ni ellos tienen el vellocino de oro.
Las empresas chinas son un agente más listo para entrar en el mercado global y cuanto antes los exploremos para ver si nos interesa ir con ellos de viaje, mejor.
Feliz 2014