Revista Arquitectura

Dólmenes, los primeros monumentos arquitectónicos

Por Magarte @mariangarciagil
Dólmenes, los primeros monumentos arquitectónicos
Quisiera comenzar el primer post del año 2015 remontándonos al tercer milenio a. C. Donde se produce una nueva visión y donde la tierra comienza a adquirir un nuevo valor singular tanto para agricultores como ganaderos.
En relación a esta nueva idea, se explica el fenómeno megalítico, el cual desarrolla un complejo ritual funerario de carácter colectivo.
En estos monumentos es donde se concentran la mayor parte de las manifestaciones artísticas y que constituyen la primera gran muestra de nuestro patrimonio arquitectónico monumental.
El Paleolítico se identifica  con el comienzo del arte figurativo, el Neolítico Final destaca por el nacimiento de la arquitectura monumental, tanto de carácter funerario-religioso como civil, adquiriendo su mayor esplendor en el Calcolítico, donde se realizaron los panteones más complejos y los poblados fortificados.
Estas primeras manifestaciones arquitectónicas se conocen como megalitos, que se refieren a monumentos construidos con grandes bloques de piedra, aunque el término engloba a diversos monumentos como los erigidos con piedras ciclópeas, los que están levantados con mampuestos de piedras, algunos rupestres...
En la Península Ibérica, los monumentos funerarios constituyen un apartado muy representativo de la arquitectura megalítica. Según sus diferentes morfologías y tamaños, se identifican tres tipos de monumentos funerarios que son los más extendidos: el dolmen, el sepulcro de corredor y la galería cubierta.
Por cercanía y como grandes ejemplos del megalitismo europeo, os quiero hablar de los Dólmenes de Antequera (Málaga-España), del tercer milenio a. C., los cuáles fui a visitar hace unos meses y os mostraré las imágenes que tomé de ellos.
Dolmen de Menga 
Dólmenes, los primeros monumentos arquitectónicos

Dólmenes, los primeros monumentos arquitectónicos

Entrada al Dolmen de Menga, Antequera (Málaga-España)


Este dolmen puede considerarse un sepulcro de corredor, bien definido, en el que un atrio abierto hacia el exterior da paso a un segundo tramo de planta rectangular, que a modo de corredor sirve de acceso a la cámara.
Dólmenes, los primeros monumentos arquitectónicos

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Sus medidas van en aumento desde la entrada con 2.70 metros hacia la cabecera, llegando a 3.5 metros, con una máxima anchura de 6 metros, que se alcanza en el tercio final de la cámara.
Dólmenes, los primeros monumentos arquitectónicos

Dólmenes, los primeros monumentos arquitectónicos

Interior del Dolmen de Menga

Las últimas excavaciones han puesto al descubierto un pozo excavado en la arenisca de 1.50 m. de diámetro por 19.50 m. de profundidad. y quedando alineado con los tres pilares que coinciden con la unión de las losas de cubierta.
Dólmenes, los primeros monumentos arquitectónicos

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Pozo, Dolmen de Menga


Dólmenes, los primeros monumentos arquitectónicos

Dólmenes, los primeros monumentos arquitectónicos

Algo muy llamativo es que este sepulcro está orientado hacia el noroeste, es decir, al norte de la salida del sol del solsticio de verano, una orientación atípica en este contexto cultural y que se explica que su alineación es con La Peña, cuya forma nos recuerda al rostro humano, concretamente a la forma de la cara de una mujer durmiente, muy conocida como La Peña de los Enamorados.
Dolmen de Viera

Dólmenes, los primeros monumentos arquitectónicos

Dolmen de Viera, Antequera (Málaga-España)

El Dolmen de Viera, se puede considerar como un sepulcro corredor, cuyo acceso está bien definido, con un recorrido interior de algo más de 21 metros.
Dólmenes, los primeros monumentos arquitectónicos

Dólmenes, los primeros monumentos arquitectónicos

Acceso al interior del Dolmen de Viera

La altura interior media es de poco más de dos metros. El sepulcro se cubre con un túmulo de 50 metros de diámetro.
La orientación de este sepulcro, sigue los patrones estándar ibéricos, es decir, orientado hacia el levante, ligeramente hacia el suroeste.
Dolmen, Cueva o Tholos de El Romeral

Dólmenes, los primeros monumentos arquitectónicos

Este sepulcro, situado a varios kilómetros de los otros dos, es un típico sepulcro megalítico de falsa cúpula.
Dólmenes, los primeros monumentos arquitectónicos

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Puerta de Acceso al Dolmen de El Romeral

Tiene un corredor de mampostería y cubierta adintelada, con una longitud conservada de unos 26 metros, una anchura de 1.5 metros y una altura media de 1.95 metros.
Dólmenes, los primeros monumentos arquitectónicos

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Interior del corredor, Dolmen El Romeral

La cámara, con la cubierta de falsa cúpula, tiene sus paredes ligeramente abovedadas, también elaboradas con mampostería y que acaban en una losa horizontal. La cámara es de planta circular con 5.20 metros de diámetro y 3.75 metros de altura.

Dólmenes, los primeros monumentos arquitectónicos

Interior de la cámara con la falsa cúpula


Dólmenes, los primeros monumentos arquitectónicos

Se abre un vano, al fondo de la cámara, que da acceso a un pequeño corredor que acaba en una pequeña camarita, siguiendo esta misma morfología.
Dólmenes, los primeros monumentos arquitectónicos

La orientación de este sepulcro, es uno de los pocos ejemplos de orientación a la mitad occidental del cielo en toda la Península Ibérica, es decir, en el octante S-SO del horizonte.  
Para más información os dejo el enlace del Portal de Museos de La Junta de Andalucía, espero que disfrutéis con este breve recorrido por los primeros monumentos arquitectónicos.
Para l@s que podáis visitar los Dólmenes, os lo recomiendo. La entrada es gratuita.

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