En esta condición de vida que el COVID-19 (Corona Virus) ha generado en todo el planeta, el impacto social y económico está provocando reacciones emocionales verdaderamente preocupantes.
El esfuerzo para sobreponernos a la desesperación, ansiedad y depresión requiere de una mayor conciencia de quiénes somos, de nuestros valores y, sobre todo, de la visión que tenemos de nosotros mismos para el presente y el futuro.
Sin embargo, en esta condición de restricciones laborales, económicas, de convivencia y libertad limitadas, la voz (o voces) en nuestro interior, no son, la mayoría de las veces, las mejores consejeras.
Me he sorprendido de la capacidad que mis voces internas tienen para visualizar las peores tragedias y los más oscuros escenarios del futuro.
Es por ello que debo hacer un esfuerzo para recordar “quién es el jefe”: mi cerebro y las voces que genera, o Yo. Definitivamente el JEFE SOY YO.
Y es entonces que debo recordar que tener pensamientos negativos no me hace una persona negativa.
Que tener “malos” pensamientos, no significa que soy una “mala” persona.
Que, si bien las situaciones y condiciones están siendo adversas, no significa que estoy vencido, ni que será imposible salir adelante.
Es entonces cuando le EXIJO a mi cerebro pensar en los recursos que tengo, en las posibilidades y alternativas posibles y realistas para enfrentar el momento, el día, la semana… la vida.
Es cuando le ORDENO a mi mente y mi cuerpo: LEVÁNTATE y HAZ lo que sabes hacer.
Recordé lo que Mo Gawdat señala en su libro “El Algortimo de la Felicidad” acerca del “Ciclo del Sufrimiento”; en el que tus pensamientos negativos, pesimistas, alejados de la realidad y sobrecargados de miedo; te mal aconsejan y te invitan a la comodidad de no hacer nada, de asumir un papel de víctima, provocando la holgazanería; el descuido de ti mismo, de las personas que te rodean y amas, y contribuyendo a generar cada vez más sentimientos de frustración y desilusión de lo que tienes y, peor aún, de quién eres.
Es por eso que me decido a dominar mis pensamientos y romper el llamado Ciclo del Sufrimiento.
Al hacerlo, no significa que cambie la realidad difícil que enfrento; significa que asumo la responsabilidad de mis acciones y, por tanto, me obligo a reconocer que cuento con recursos para sobrellevar y, por qué no, salir adelante fortalecido.
Soy consciente de que será un camino arduo, complejo y, posiblemente largo; más me decido a dar los pasos necesarios; a tomar las decisiones adecuadas para avanzar y, cuando logro un pequeño avance, lo valoro y me siento satisfecho de las acciones tomadas, eso provoca un instante de felicidad en medio de la tormenta.
¿Y tú estás siendo el JEFE de tu cerebro?
Le ORDENAS que:
- Te muestre los “cómo sí” con los recursos que tienes.
- Te levantes y hagas lo posible y necesario para librar de manera positiva y constructiva el día.
- Le expreses tu amor y respeto a las personas que amas.
- Te alejes de las malas compañías, de las actitudes dañinas y de las prácticas que te apartan de tu esencia como ser humano.
- Te muestre tu valía y potencial, para que te enfoques en el camino de la excelencia.
AHORA es un buen momento para que lo hagas.
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