Ni bicis, ni música, ni nada de nada
Os contaba a principios de la semana pasada que este fin de semana tenía intención de ir al Barcelona Bike Show, sobre todo por la bicicletada de cruisers que se iba a organizar; seguro que os acordáis.
La cosa es que se nos planteaban varios dilemas con respecto a esa salida: ir los dos solos, o ir con las Chocolatinas; ir solos con las bicis y en tren, o ir los cuatro con las bicis y… ¿en tren?; ir los cuatro, sin bicis y en coche… No lo teníamos nada claro.
El ir solos o no también dependía de que los abuelos paternos de las Chocolatinas pudieran quedarse con ellas por la mañana; y, claro, por las leyes del Sr. Murphy, para una de las pocas veces que les pedimos que se queden con ellas, Abuela Paterna estaba pachucha, así que opción descartada.
Además de todo esto, el sábado por la tarde estuvimos participando en un concurso de percusión, del que volvimos muy tarde por la noche, y al llegar a casa preferimos no poner el despertador para levantarnos al día siguiente.
¿Resultado? Nos despertamos el domingo a las diez y media de la mañana (la bicicletada empezaba a las diez en Barcelona. Genial), y en ese momento decidimos que nos íbamos los cuatro a Barcelona, en tren, a pasar el día. Pero claro, ponernos en marcha no fue fácil, claro. Así que entre desayunar, vestirnos, salir de casa, coger tren y metro… llegamos al fórum a las dos y media de la tarde -hora buenísima para comer, porque para nada más-.
Nos metimos en un el McDonald’s de Diagonal Mar, y empezaron a llegar patinadores, y ciclistas, así que preguntamos cómo iba el Bike Show y -oh- para nuestra desgracia, nos dijeron que ya se estaba acabando. Así que nos quedamos sin ver nada del festival de la bicicleta. Habrá que esperar al año que viene.
Como somos muy apañaos, hicimos cambio de planes, y nos metimos en el cine, a ver Kung Fu Panda. Chocolatina Mayor vio la película entera; y Chocolatina Menor, como aún es chiquitita, se echó su siesta tumbada en dos butacas. ¡Para verla!
Salíamos del cine sobre las cinco y media. Y, como habíamos visto en la televisión que ese mismo fin de semana se celebraba el Sonarkids -festival de música y experiencias para padres e hijos-, como cierre a las actividades que se llevan a cabo en la ciudad durante el Festival Sónar 2011.Menos mal que, saliendo del Fòrum, nos dio por mirar los precios de las entradas… y entonces fue cuando decidimos que, si eso, cogíamos el tren y volvíamos para casa:
- Niños de 0 a 3 años: entrada gratuita.
- Niños de 4 a 14 años: 12 euros.
- A partir de 15 años y adultos: 18 euros.
Nos apetecía muchísimo ir, pero después de haber pagado la comida y cuatro entradas de cine -sin extras: ni palomitas ni nada-, pagar 48 euros más para estar un ratito en el festival… pues como que no nos apetecía. Si eso, otro año.
Y así ha sido cómo, de todos los planes que teníamos este fin de semana, ¡no hemos llevado a cabo ninguno! La parte positiva es que pasamos, de todas formas, un día entretenido. Las Chocolatinas se lo pasaron bien viajando en tren y en metro, que tenían muchísimas ganas ya, y eso es lo que más me importa.
De vuelta, pasamos por la rambla de nuestra ciudad, y las niñas se comieron un heladito. Luego, ya para casa, baño, relax en el sofá y en seguida a dormir, que estaban las dos muy cansadas. Chocolatina Mayor cayó en cero coma; a Chocolatina Menor le costó un poco más, al haber dormido siesta; pero cuando cayó, lo hizo en redondo.
Y nosotros pues también terminamos rendidos. Y es que no hicimos mucha cosa, pero pasear también agota, oye.