Como cada tercer domingo de mes, ayer se celebró en la localidad francesa de Ahetze, a apenas 4 kilómetros de San Juan de Luz, el tradicional Marché aux Puces (o "Mercado de Pulgas"), que es una de las denominaciones más populares (las otras son vide-grenier o brocante) que recibe en Francia lo que nosotros conocemos como rastro, mercado de segunda mano, o simplemente mercadillo:
(Vía Vide-Greniers)
Este tipo de mercadillos goza de una popularidad enorme en el país vecino, y se celebran generalmente con periodicidad mensual, bien en sábado o domingo. Se trata de una verdadera institución entre los franceses, y de la zona del País Vasco-Francés, los más conocidos son el de Anglet y el de Ahetze.
Ayer un grupo de amigos decidimos visitar este último, aprovechando que hacía un día maravilloso. Como podéis imaginar, tuve que atarme las manos, más bien la cartera, para no acabar llevándome a casa un montón de cosas. Al final, no pude resistirme a comprar un par de jarrones de los años 30, que van a quedar estupendos encima de una cómoda blanca.
Como se puede ver, se trata de un color muy apropiado para el verano. El azul, en sus múltiples variantes, es un clásico que periódicamente se convierte en tendencia, más cuando llegan estas fechas, y protagoniza el mobiliario, los textiles y los objetos de decoración, como todos estos jarrones del diseñador Jonathan Adler, que quedarían estupendos al lado de mis adquisiciones de mercadillo.
La combinación con el blanco, de reminiscencias marineras, es una paleta cromática que es valor seguro, y que dota de frescor cualquier estancia. (Vía Bright Bazaar)
A mí me gustan especialmente las combinaciones azul-amarillo y azul-verde, quizás menos convencionales que la anterior pero más efectistas y teatrales. El verdadero maestro en este tipo de emparejamientos es, de nuevo, Jonathan Adler, como demuestra en el interiorismo de la casa para la diseñadora de moda Liz Lange:(Vía Deco Love)Algún día os hablaré más detalladamente de Adler, uno de mis diseñadores e interioristas favoritos, y de sus libros. El mundo de la decoración es imprevisible: comenzamos hablando del mercado de pulgas de Ahetze y de mis jarrones y ya veis dónde acabamos. ¡En fin!