La derecha ha puesto en circulación un informe para desacreditar al ministro de Fomento, José Blanco, cuyo texto, al contrario, debería provocar admiración porque demuestra su deseo de que sus hijos hereden la formación de alto nivel que él no pudo recibir.
El informe recuerda la teoría anarquista de que todo dirigente de la izquierda se desplaza en gustos y hábitos tanto más a la derecha cuanto más poder acumula.
Para combatir esa tendencia nacieron las depuraciones y las revoluciones permanentes de Trotsky, Stalin, Mao, Castro, Pol Pot o Kim Il Sumg, que fusilaban sin más a esos nuevos burgueses.
En España no estamos bajo aquellos puristas de la izquierda que hicieron morir a cien millones de personas, por lo que Blanco no corre peligro de ser depurado, reeducado, enviado al gulag y, finalmente, fusilado.
La derecha trata de humillarlo el recordar que nació en una familia humilde, que no alcanzó ningún título superior, y le afea que envíe a sus hijos al elitista British Council School, en Madrid, donde por cada alumno, y según el curso, se paga trimestralmente entre 3.800 y 6.500 euros.
Pues muy bien. José Montilla envía a los suyos al Colegio Alemán de Barcelona, con precios parecidos.
Blanco y Montilla sólo son bachilleres, y por eso quieren los mejores centros, que los públicos no son exquisitos, aunque en Madrid ya hay unos 300 bilingües español-inglés.
Todo gobernante de izquierdas se codea con ricos y poderosos. Y desea que sus hijos puedan hacerlo también. Debe darles nuevo entorno, un ambiente de alto nivel.
Además, debe demostrarle a los electores de izquierda que su voto fue útil. Que vean que cualquier socialista puede vivir tan bien como los potentados. Ese es el éxito de la ideología.