Revista Insólito

Don Quijote se recupera en el hospital

Publicado el 01 octubre 2020 por Doctor Krapp @Dr_Krapp
Don Quijote se recupera en el hospital
  • Este es el paciente del que le hablé, doctor. Ha chocado con su caballo contra la pala de un aerogenerador. Tras examinarlo tiene cuatro costillas y el fémur izquierdo en la región intertrocantérica fracturados. Además, como ve, tiene diversas erosiones en la cara. No apreciamos lesiones internas. 
  • No sé si la he oído bien. ¿Se ha estrellado contra un aerogenerador? 
  • Tal cual, el caballo quedo ileso porque pudo esquivar la pala antes de ser alcanzado.
  • ¿Podría ser un intento de suicidio?
  • No lo sabemos, puede que se haya lanzado hacia delante con lo que parece una lanza, varios fragmentos rotos así lo sugieren.
  • ¿Han podido hablar con él? 
  • Está en estado de shock y lo hemos sedado. Desde que entró en Urgencias solo dice frases inconexas que no logramos descifrar. 
  • Todo esto que me cuenta me resulta extrañamente familiar, debo tener un déjà vu. ¿Cómo se llama el accidentado?
  • Espere, que miro su expediente. Aquí está.  Los datos nos lo has dado un tipo bajito y rollizo vestido a la antigua que salió corriendo cuando le solicitamos más información. El paciente se llama Alonso Quijano es propietario agrícola y viene de La Mancha según nos comentó.
  • ¿Cómo de La Mancha? ¿De qué lugar de La Mancha?
  • No lo sabemos, el tipo bajito dijo que no quería acordarse del nombre del lugar. Fue entonces cuando tuvo esa reacción sorprendente. Dio media vuelta y se largó corriendo de forma ligera a pesar de su peso. Avisé a un enfermero que salió tras él, pero el individuo ya estaba muy lejos, arriba en el monte azuzando  a un burro que más parecía un caballo de hipódromo.
  • Es todo muy extraño y la cara y el nombre del paciente me siguen pareciendo muy cercanos. ¿Hay algo más?
  • El tal Quijano llevaba puesto una especie de armadura oxidada. Nos costó Dios y ayuda quitársela porque no dejaba de golpearnos con los puños llamándonos "hideputas" "bellacos" "malandrines" y otras cosas por el estilo. Por si no tuviéramos bastante con el covid ahora tenemos que soportar a gente que se le ha ido la olla.
  • Quizás el covid tengo algo que ver con ello. Déjeme con el enfermo que parece que se está despertando.
  • ¿Es usted el maligno encantador que me tiene aprisionado en este lecho y dentro de esta alcoba extrañamente blanca aunque repleta de artilugios diabólicos que oprimen mi cuerpo? Sea valiente, quítese la máscara que no puedo ver su cara.  
  • No es cuestión de valentía, soy el doctor, estamos en plena epidemia y debemos protegernos.
  • ¿Peste en el territorio de los encantamientos? Pues como sabrá, doctor, para protegerse de la peste se necesita un equilibrio entre los cuatro humores del cuerpo. Yo estoy a salvo de ello, hace meses que no me lavo y no hay espacio para que entren las miasmas.
  • Oler le huelo mucho, a mi pesar, y entiendo que es usted un negacionista, pero recurrir a gente como Hipócrates o Galeno me resulta excesivamente arcaico; aunque claro, hoy en día con las redes sociales hay gente para todo.
  • Sepa vuestra merced, que si reniega de esos grandes sabios demuestra ser un ganapán pelarruecas indigno de su profesión.
  • Quizás.
    Enfermera, hay que trasladar al paciente a la planta de psiquiatría, que lo coloquen al lado de nuestro amigo Gramsci
  • ¿Gramsci?
  • Sí,  le llaman así, porque al parecer se le fue la cabeza tras leer los 32 cuadernos de cárcel de Gramsci y los libros de todos sus comentaristas posteriores.
  • Madre mía, menuda indigestión, son muchos libros.
  • Y tanta, fíjese que quiso montar un bloque contrahegémonico de pacientes que haga frente al bloque hegemónico psiquiátrico. Ahora ha aceptado la inevitabilidad de la dominación sanitaria
  • Eso más parece de Michel Foucault y su obsesión por la locura y las clínicas.
  • No se le escapa una, pero se trata de un gramsciano pura sangre, sin mistificaciones postmodernas.
  • Truhán moderno y majadero antiguo, de villana y grosera tela tejido, echacuervos, corazón de mantequillas, ánimo de ratón casero, alma endurecida, pan mal empleado...
  • Venga, que se desmadra, Quijano. Póngale otro sedante y súbanlo ya, que hay mucho trabajo pendiente.
Don Quijote se recupera en el hospitalEl gran Quino también tenía que contar su versión
 

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