Nacido en Santander, ingresó en el Seminario de Corbán a la temprana edad de 12 años, institución de la que pasaría a ser profesor entre los años 1891 y 1905. En 1896 se graduó en Teología en Toledo y en 1905 tomó posesión como párroco de Santa Lucía, en la capital cántabra, donde ejercería su labor pastoral durante medio siglo. Es autor del Cancionero popular de la provincia de Santander, magna obra publicada entre los años 1949 y 1955 en cuatro volúmenes. Las tareas de investigación musicológica llevadas a cabo por Córdova comenzaron en plena juventud, hacia 1885, y se desarrollaron hasta mediados del siglo XX, con un incansable peregrinaje por todos los rincones de Cantabria. Sin duda es esta su obra fundamental pero cabe reseñar también su dedicación a la investigación histórica, que se materializó en títulos como ‘Santander, su catedral y obispos’ (1929), ‘La Restauración de España: Fernando III El Santo’ (1949) y ‘Danza de seises’ (1955). Fue, además, un gran aficionado a la fotografía.
Le fue reconocida en vida, en alguna medida, su valía. Así, fue Consultor del Obispado de Santander desde 1917 y Colaborador honorario del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) desde 1948. Pero quizá el mayor honor lo ha recibido apenas hace unos meses, el 6 julio de 2010, cuando han sido trasladados sus restos al Panteón de Personas Ilustres del Cementerio de Ciriego, cumpliéndose así la decisión del pleno de la Corporación santanderina, aprobada por unanimidad el 27 de agosto de 2009. En ese acto solemne, tras las palabras del Alcalde de Santander, el investigador Jerónimo de la Hoz evocó a Córdova como persona amable, abierta, que despertaba simpatías, y que estuvo en contacto con intelectuales de su época como Pereda – de quien se reconocía discípulo-, Menéndez Pelayo, Jesús de Monasterio o Concha Espina.
El ‘Cancionero de la provincia de Santander’ es una obra histórica de referencia ya imprescindible, tanto para Cantabria como para la tradición musical de las tierras del noroeste de la península Ibérica. De hecho, es cita obligada en cualquier trabajo de recopilación o estudio que se precie sobre la música popular española en el área que se señala. El ‘Cancionero’ destaca junto a otras importantes obras de recopilación de música popular editadas durante la primera mitad del siglo XX – como los Cancioneros de Burgos, de Federico Olmeda; de Salamanca, de Dámaso Ledesma, y de Asturias, de Eduardo M. Torner-, tanto por su contenido musical como por la cifra de melodías que recoge, un total de 1183 documentos musicales o tonadas.
Fuente: www.fundacionmbotin.org
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