"Don't mess with Sam Crow, they are the Charming law"

"Sons of Anarchy is a motorcycle club. I haven't been charged with a crime, gun-related or otherwise, in over seven years. I'm a mechanic and a motorcycle enthusiast..."
Clay Morrow
Así se expresa el Presidente de Sons of Anarchy cuando es interrogado por la agente Stahl de la ATF (Bureau of Alcohol, Tobacco, Firearms and Explosives). Pero, como bien saben las dos partes, ese discurso se aleja mucho de la realidad. Desde hace décadas, la banda de moteros utiliza su implantación mundial para enriquecerse con el tráfico de armas ilegales. Las armas de fuego llegan a Estados Unidos a través de barcos procedentes de Irlanda, donde Sons of Anarchy mantiene fuertes conexiones. Después, una vez ensambladas, son vendidas a diferentes clanes criminales.
Pero ninguna actividad ilegal tiene lugar dentro de los límites de Charming (California). Ese es el acuerdo que existe con el jefe de policía. Y todo aquél que trate de introducir el tráfico de drogas, o la extorsión en cualquiera de sus múltiples formas, deberá verselas con Sam Crow (un nombre colectivo que responde a las iniciales del grupo fundador: Sons of Anarchy Motorcycle Club Redwood Originals).
Fundado por John Teller y "Piney" Winston en 1967, tras regresar de su servicio en Vietnam, SAMCRO ha ido perdiendo los valores que le caracterizaron en su inicio. La rebeldía y las ansias de libertad que agruparon a moteros de todo el país entorno a un ideal colectivo, han desaparecido. Ahora, bajo una tapadera legal de talleres mecánicos, se esconde una red de criminalidad que provoca el permanente seguimiento de las autoridades federales y una rivalidad creciente con otros grupos radicales como los Mayans, la Liga de la Supremacía Blanca, y otras bandas que operan al margen de la ley.
Este constante acoso deriva en una lucha continuada por mantener las cuotas de poder y de negocio. Por eso cuando el hijo de John Teller, "Jax" (Charlie Hunnam), descubre un manifiesto original escrito por su padre en el que éste se lamenta de la caída de los valores del club, inicia un enfrentamiento con Clay Morrow (Ron Perlman). Sin duda alguna, esta es una buena premisa para construir una narración, dura y contundente, del día a día de una banda criminal en plena crisis de identidad.
La configuración de los personajes otorga a la trama un aliciente importante puesto que te permite sumergirte aún más en el mundo de estos moteros con doble vida.
En cualquier caso, la paz en Charming se mantiene aunque sigue pendiendo de un hilo muy endeble. ¿ Serán capaces los SOA de prevalecer ante la batalla que se avecina ?