Revista Opinión

Donald Trump contra la OTAN

Publicado el 10 abril 2019 por Carlosgu82

Recientemente se celebró el 70 aniversario de la Organización sobre el Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Mientras su secretario general volvió a poner el énfasis en la amenaza rusa, el presidente estadounidense Donald Trump en una ronda de preguntas con periodistas de diversas nacionalidades, sacó a colación la necesidad de llevar a cabo conversaciones con Rusia y China relativas al control de armamento. Trump ha manifestado su disgusto por el empleo de una cantidad tan enorme del presupuesto anual de Estados Unidos destinados a las armas, puesto que esos fondos se podían destinar a otros menesteres mucho más productivos y que redundaran en beneficio de toda la población. Estas manifestaciones las hizo tras haberse reunido con Liu He, viceprimer ministro de la República Popular China, el cual ha manifestado su acuerdo con el presidente norteamericano.

Por supuesto, han sido pocos los medios de comunicación que se han echo eco de la noticia. Los principales periódicos, al menos los españoles, se han centrado en los movimientos del personal dentro del gobierno de Trump, pero han pasado por alto la propuesta de entablar conversaciones sobre la reducción de armamento. La mayor parte de la opinión pública occidental prefiere el ataque al presidente norteamericano y el enfrentamiento con Rusia antes que la normalización de las relaciones entre Rusia y Estados Unidos. Occidente ha entrado en una dinámica muy peligrosa, más aún cuando existen numerosos puntos en los que existen intereses contrapuestos entre las dos potencias nucleares, y un fallo de cálculo puede desencadenar una guerra nuclear.

Trump no ha conseguido dinamitar la OTAN, al no haber conseguido sacar a Estados Unidos de la organización, objetivo que se había propuesto. De momento tampoco ha conseguido establecer una buena relación con Rusia y con China, otro de sus objetivos y promesa electoral. Parece que la oposición de Trump al establishment, a las multinacionales, al poder financiero y a la propia OTAN, tiene más peso en la imagen del presidente norteamericano que sus esfuerzos por conseguir un período de paz.


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