Revista Insólito

Donald Trump o nunca subestimes al tonto de turno

Publicado el 14 noviembre 2016 por Iris Bernot @irisbernot
       Donald Trump ha ganado las elecciones, sí, no es una coña, es verdad. Ahora el tío es la persona más poderosa de la tierra, bueno, de lo que queda de ella, porque entre destrucción y contaminación cada vez queda menos del planeta azul. Ahora resulta que todos nos rasgamos las vestiduras porque no entendemos semejante despropósito, semejante desfachatez, o sea, te lo juro de verdad, semejante cosa de otro tiempo y espacio.     Pensamos que es una broma mala del destino, una pesadilla de la que tarde o temprano despertaremos, pero no, amigos, es una realidad como la copa de un pino que está pasando aquí y ahora. Donald Trump, ese tío machista, racista, homófobo, amante de las armas automáticas, de las chicas treinta años menores que él con tetas de plástico, y amigo de Putin, otro al que le gustan las armas y las jovencitas más que a un tonto un lápiz, es el nuevo Presidente de los EEUU, el país más poderoso de la tierra, el que controla el percal, el que corta el bacalao, vamos. Y es que no se puede subestimar al tonto de turno, oye, está claro. No se puede no tomar en serio al payaso del lugar, ese que se queda el fin de semana en casa jugando a la consola con cuarenta años y que solo sale para comprar tabaco y pistachos. No se puede dar nunca nada por sentado, que va. Vivimos en un mundo en el que hay países donde la gente vomita de tanto comer y otros en los que conseguir un poco de arroz te puede costar la vida, un mundo en el que hay gente que tiene veinte coches y gente que tiene que viajar cada día en un autobús público debajo del sobaco de algún cerdo que cree que el desodorante enmascara la falta de higiene, un mundo dominado por la más grande de las hipocresías, en el que la gente va de progresista y moderna y luego vota a la persona más nazi que se presenta a las elecciones, en fin... Qué os voy a contar, no? Cuando Hitler se presentó a unas elecciones por primera vez todo el quisqui se rió de él, "mira a ese imbécil, decían, con su uniforme ridículo y su forma de andar de pato", y ahí lo tenéis al cabrón, famoso por haberse cargado a millones de personas.
Nunca se puede subestimar a ningún idiota, porque ellos son precisamente la flor y nata de un mundo como el nuestro, repleto de gente que dice que quiere derechos para el prójimo pero que en secreto se caga en todos los derechos menos en los suyos propios. Nunca hay que subestimar la capacidad del ser humano para ser imbécil y para jalear a imbéciles, cosa que por cierto creo que viene de nuestra nada inestimable capacidad para auto destruirnos, porque poner a alguien como Trump al mando de EEUU es igual a apretar el botón de game over, y si teníais alguna duda, no la tengáis. Yo iría preparando las armas, compradas en el mercado negro, eso sí, porque aquí en España solo se pueden comprar si estás tarado y sacas un cero en los psicotécnicos, y me iría haciendo algún búnker, y cuanto antes,  claro está, porque en cuanto el zanahorio  vea el arsenal que tiene en su almacén va a querer probarlo todo, no vaya a ser que venga la ONU o alguna chorrada por el estilo a tocarle los cojones con eso de que no hay que bombardear países porque si, que es mejor tener una razón, aunque sea de mentira, que el tema es que la gente crea que es una verdad. Así que ya lo habéis visto. No se puede subestimar a los tontos de turno, porque en cualquier momento pueden estar en algún puesto de poder para paliar su baja autoestima a golpe de asesinato y tortura. Por eso, si tenéis algún tonto al lado, de esos que te tocan la moral por el simple placer de tocarla, darle la razón en todo y ponerle buena cara, porque nunca sabéis a donde puede llegar...

Donald Trump o nunca subestimes al tonto de turno

Te voy a tirar una bomba y lo sabes, loser....


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