“Oye, que no, que ya hemos visto que no erais vosotros los que nos matabais. Por cierto, que os vamos a renegociar los contratos de importación de pepinos, porque me dicen del mercado que no habéis servido las cantidades pactadas durante esta semana.”
No es esto, pero más o menos así habrá sido la respuesta de la Merkel a la consejera de Agricultura después de la última noticia sobre los pepinos españoles.
Claro que entonces la consejera le respondería algo así como: “Pues hija, a ver si haces como yo y te comes un buen par de pepinos españoles en la tele y cerramos ya el tema.”
A lo que todo español que se precie y que posea un pepino tendría que decir: “Antes me arranco cuatro costillas y una vértebra y zanjo el tema yo solo.”