Magnífica la estrategia. Uno no dejará nunca de admirar a estos seres camaleónicos, capaces de adaptarse entre el follaje, camuflados, tirando flechas y piedras a todo bicho viviente, para luego decir que nunca rompieron un plato.
Donde dije digo, digo Diego.
Tendrá uno que terminar pidiendo perdón por haber tenido alucinaciones constantes, al ver cientos de documentos escritos y gráficos con testimonios de béticos que juraban y perjuraban que el Sevilla FC era el representante más recalcitrante del fascismo en Sevilla, rico y poderoso, frente a un Betis republicano perdedor y victima de todas las guerras maquinadas por el monstruo sevillista. Ahora resulta que nadie sabe de eso. Mentira cochina. Quizás un par de borrachos en las tabernas pestilentes, pero que esos no eran béticos ni nada.
Los Antonio Hernández, Mercedes de Pablo, Pepote Rodríguez de la Borbolla, Emilio Carrillo, el chico mentolado, y las decenas y decenas de personajes inmundos que arremetieron contra el sevillismo impunemente, con nocturnidad, alevosía extrema y que se escaparon de rositas, vivitos intelectualmente, y coleando; son malinterpretados en sus palabras por “estas hordas de sevillistas palanganas malintencionados que retuercen la historia a su antojo”.
Y los Cuesta Monereo, los Wesolowsky, los del Castillo Ochoa, Jaramillos, Benjumeas, los Hermosa, Cuéllar, y muchos más deben ser dibujados históricamente por su aportación futbolística y societaria, si puede ser ejemplar, mejor, por parte sevillista y no como directivos béticos pre y post Guerra Civil al lado de los poderosos. “Haga usted el favor, so palangana, de no contar lo que dicen los papeles, no sea que desdibuje este tinglao que tenemos montado en torno a la imagen que queremos dar de pobres oprimidos por el yugo sevillista”.
Deje usted que contemos esto al estilo de siempre. Una mentira y un boca a boca.
Dejemos esto en un empate técnico, estimado palangana, donde todos fuimos iguales, pero eso sí, unos fuimos más iguales que otros, mientras les contamos a todos la historieta del obrero, (y si no cuento lo sucedido en realidad, al menos no la desmiento a los demás), las cosillas esas del tranvía en los años cuarenta, lo de la Ramona y la palangana, lo del general y el 22 a 0, las obligaciones, pero oye, que todos fuimos iguales, dicho en sus bocas.
Realmente admiro esa capacidad del ejercicio de la propaganda que Zeus –dios, o quien quiera que los crease- les ha otorgado. Una afición que es capaz de dar la vuelta a la tortilla, haciendo parecer que siempre pensaron que Lopera era el diablo con patas, que desde el inicio lucharon contra él y que nunca cantaron eso de “Hola, hola donamnué”. Es digno de admiración.
Desde aquí mis loas y albricias por ello.
Es fascinante cómo, ahora que el hecho histórico está más que clarito porque las hemerotecas, las bibliotecas, los testimonios veraces cuentan lo contrario a lo que dijeron siempre décadas tras décadas, serán capaces de hacer parecer que nunca rompieron un plato. Ahora que el sevillismo tiene a sus investigadores sacando papel tras papel a cada mentira lanzada desde el bando verdiblanco y que se les vuelve en contra.
En serio, fascinante.
Y es la versión que nos estamos encontrando ahora entre los investigadores béticos, al menos en parte de ellos, donde antes decían “fascistas sevillistas” ahora hay que decir “pelillos a la mar”, que aquí no ha pasado nada, demos una versión light donde todos cometimos los mismos errores y que la cosa cambie poco.
Pues va a ser que no.
La historia ha sido el arma más potente con la que ha contado el beticismo contra el sevillismo siempre.
Nunca un equipo de fútbol en ningún lugar del mundo, utilizó un arma así frente a sus rivales como la ha utilizado el Betis contra su rival, tan cruenta, con tanta inquina y tanta maldad. Además lo hizo siempre despiadadamente y sin cuartel, inventando cosas terribles que, por los medios de la época, eran imposibles de comprobar y que hoy, gracias a las nuevas tecnologías, es posible descubrir y contar con luz y taquígrafos.
Ahora solo podréis decirnos que nos equivocamos en una coma, o quizás en una frase, o en la interpretación de un hecho muy específico, pero en la generalidad, a grandes rasgos, nunca.
Que el sevillismo tiene derecho a la legítima defensa y a contar su historia tal y como ocurrió, sin necesidad de que ustedes la versionen a su conveniencia.
Que el sevillismo tiene derecho a dar su versión de los hechos que SIEMPRE, enteraos bien, SIEMPRE, y durante décadas partieron de parte bética de forma oficial y de manos de sus dirigentes o intelectuales nunca corregidos públicamente, dejando maltrecho al sevillismo ante todos.
Para colmo utilizan la cortina de humo al decir que la idea de este blog es cambiar los papeles, queriendo hacer creer que el Sevilla FC fue el republicano y que el Betis tuvo el papel contrario y nada más lejos de la realidad. No se dejen engañar por esos cantos de sirena que algunos béticos quieren oír. Hemos dicho por activa y por pasiva muchas veces que de todo hubo en ambas aficiones siempre y que siempre fueron ellos los que argumentaron, sin fundamentación, la asquerosa diferencia clasista. Tengan esto claro.
Otra cosa es que cuando ellos digan eso del fascismo sevillista, les hagamos descubrir que lo fueron y mucho.
Un argumento repugnante por tu parte, amigo, acusando a La Palangana de esa estrategia.
Y creedme que lo siento. Os ha tocado bailar con la más fea para poder explicar ante los vuestros, todos estos hechos que aquí demostramos. Unos hechos que aún no habéis podido desmentir contundentemente.
En estas, nos seguimos viendo si eso.
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