En pocos lugares he tenido la sensación de remanso de paz que alcanzo en un riad. Es increíble la capacidad que tienen estas casas de huéspedes marroquíes para trasladarte a otro mundo. El sonido del agua, el olor a azahar, el sabor del té, la hospitalidad...; en pocas palabras, el paraíso. Hoy visitamos Bar Kawa, ubicado en el corazón de Marrakech. He elegido este lugar principalmente por sus colores. Adoro la combinación del blanco y el gris, pero podía haber mostrado cualquiera porque comienzo a dudar que exista un riad que o sea maravilloso.