De un tiempo a esta parte el mundo se mantiene atento a los efectos causados por la decisión de los países europeos de sacar su oro de la Reserva Federal de Nueva York. Ya ha pasado un mes desde que se inició el proceso y la cantidad de oro físico en Estados Unidos se redujo considerablemente.
Recientemente se supo que la cantidad de oro se ha reducido en 42 toneladas, y que desde que comenzó el año los inventarios menguaron la friolera de 119 toneladas, la mayor cifra desde la quiebra de Lehman, según informa el portal ‘Vesti’.
El volumen de oro que EE.UU. mantiene en custodia pero que no forma parte de las reservas de ese país era en noviembre de 8.184 millones de dólares, teniendo como base un precio de 42,22 dólares por onza troy. Esto significa que el valor del oro retirado alcanza los 1.700 millones de dólares.
En términos reales, esto significa que en la Reserva Federal de Nueva York queda un volumen total 6.029 toneladas, cifra que representa la menor cantidad de oro en la bóveda de la Reserva Federal en el siglo XXI.
Estos datos todavía incluyen cantidades de oro que ya han sido repatriadas por Países Bajos.
En el mes de noviembre se anunció que el Banco Central de Países bajos, De Nederlandsche Bank, comenzó a repatriar lentamente 600 toneladas de sus reservas: El 51% se encuentra actualmente almacenado en la Reserva Federal de Nueva York, aunque el país tiene previsto reducir esta cantidad al 31%, si bien parte de las reservas continuarán almacenadas en Canadá y Reino Unido.
La pregunta que flota en el ambiente es: ¿Qué país ha sacado de las bodegas las 44 toneladas de oro adicionales? Tal vez fuera Austria, que también tiene previsto llevarse sus reservas. O posiblemente Bélgica, o tal vez los neerlandeses, que decidieron sacar más de lo previsto el mes pasado. Otro de los países europeos que puede estar detrás de la retirada aurífera puede ser Alemania, que finalmente ha resuelto las “dificultades logísticas” que no le permitieron repatriar más de 5 toneladas en 2013.