¿Dónde están los "indignados"?

Ayer los españoles decidimos nuestro futuro para los próximos cuatro años. Y el futuro es de cambio, no de modelo, no de formas de actuar, sino de partido político en el poder. Batacazo importante de los socialistas y la mayoría absoluta más importante conseguida por el Partido Popular. La suerte estaba echada desde hacía tiempo y sólo era cuestión de saber hasta qué punto los españoles iban a castigar al PSOE por su pésima gestión de la crisis.
Y analizando los resultados de las elecciones del 20-N me pregunto: ¿dónde están los "indignados"? Porque por más que miro no los encuentro. Según la plataforma "Democracia Real", eran mayoría, las concentraciones de la Puerta del Sol, las manifestaciones que proliferaban por toda España eran la prueba de que los españoles iban a cambiar el modelo político y económico. ¡Como si eso fuera tan fácil! Algunos de los "iluminados" abogaban por el voto nulo porque según ellos no beneficiaba a los partidos importantes. Otros abogaban por quedarse en casa porque creían que votar en blanco favorecía a los partidos grandes y no votar no lo hacía. Otros abogaban por dar la alternativa a partidos o asociaciones nuevas como EQUO... ¡Ilusos! ¿Es que no conocen la Ley D'Hont? ¿Es que no saben que los únicos votos que cuentan para obtener escaños son los válidos y que vayan dirigidos a una candidatura? Porque da igual que te abstengas, que no vayas a votar o que emitas un voto nulo. El hecho de que ocurran todas estas cosas hace que a los partidos más votados les cueste menos votos conseguir sus escaños. La única solución para quitarles votos es dar la confianza a candidaturas distintas de PSOE y PP. Sólo los que eligieron a otros partidos les restaron escaños a estas dos formaciones. Y ha habido un importante repunte de partidos casi residuales como IU o UPyD, que al fin y al cabo también pertenecen al "modelo". Las formaciones que algunos de los "indignados" promocionaban para el voto están fuera del Parlamento. ¿Por qué? Porque los que se manifestaron contra el sistema, los que despotricaron contra los partidos políticos que se reparten la tarta habitualmente, al final les han dado su voto. El sentido de la responsabilidad, el pensar las cosas más reposadamente, han hecho que los españoles hayan actuado de forma lógica: castigando al partido gobernante que ha gestionado pésimamente la crisis económica, y dando su confianza al otro contrincante fuerte. Los demás son comparsas, unos dentro del Parlamento y otros fuera, pero comparsas al fin y al cabo.
Porque como ya dije hace tiempo, el poder de la democracia es éste. Ayer el español fue un pueblo maduro y responsable que dentro de cuatro años se sentirá igual de legitimado que ayer a cambiar a los gobernantes a los que dio su confianza. Se dice que el que la hace la paga, y Zapatero y su gobierno la han hecho, por tanto, el morrón es de los que hacen historia, y el PSOE tendrá que reinventarse y cambiar todo desde los cimientos. En cuanto al PP, decirles desde aquí a sus dirigentes que ellos no han ganado las elecciones, sino que las ha perdido estrepitosamente el Partido Socialista, y un líder sin carisma como Rajoy ha obtenido un resultado que ni en los más bonitos sueños de los de la calle Génova hubieran logrado. Por un lado, la esperanza de que de alguna manera España remonte la crisis, y por otro, miedo al rodillo de una mayoría absoluta en manos de un partido político al que no le temblará la mano a la hora de recortar en sanidad, educación o cultura y dar prioridad a lo privado frente a lo público. Pero si lo hacen mal, dentro de cuatro años pueden ser ellos los que se peguen el batacazo. Estará, una vez más y por suerte, en nuestras manos.