Revista Religión
“Por la dureza de su corazón Moisés les permitió a ustedes divorciarse de sus mujeres; pero no ha sido así desde el principio. Pero Yo les digo que cualquiera que se divorcie de su mujer, salvo por infidelidad, y se case con otra, comete adulterio.” Los discípulos Le dijeron: “Si así es la relación del hombre con su mujer, no conviene casarse.”
Ok, esta porción de este pasaje me dio mucha risa en un principio, los discipulos son tan chistosos a veces, como se muestra el egoísmo y la maldad del hombre en este pasaje.
Jesús pone un nivel de amor para los esposos tan radical, habla de la hermosura de la unidad matrimonial que nos dice que una pareja así se divorcie, si se casa con otro esta adulterando.
Y los discipulos en vez de ver lo sublime de esto, lo hermoso que es el diseño de Dios para la familia, como debemos cultivar hogares para toda la vida, lo primero que sale de sus bocas es “si las cosas son así no conviene casarse”, tremendo.
Cuantas veces no nos pasa en muchas áreas de nuestras vidas, cuando vemos el costo que implica no tomamos el riesgo, porque nuestros ojos no se ponen en el fruto sino en el costo y nos perdemos de cosas maravillosas y sublimes (como el matrimonio por ejemplo).
Es ahí cuando comprendemos porque se nos dice que Jesús tenia sus ojos puestos en el gozo puesto delante de él, no en la cruz, y por ver el gozo, la recompensa, lo sublime, fue que soporto la cruz. ¿Dónde están puestos nuestros ojos?
Padre, te pedimos que nuestros ojos estén siempre puestos en Jesús, tomando su ejemplo y viendo el gozo, la recompensa y lo sublime, y no las circunstancias del momento, y que así nos cueste lagrimas y la vida misma llevemos a cabo tu Voluntad.
“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.”
-Inspirado en el devocional Tiempo con Dios del 21 de Febrero de 2016, Mateo 19:1-12