Richard Linklater es un cineasta con una de las carreras más interesantes del panorama independiente norteamericano. Su cine navega entre las obras más personales –en torno al paso del tiempo y las relaciones vitales- y sus obras de artesano –cine que, en mayor o menor medida pueden conectar con él, pero nacen de una necesidad más comercial y de producto-. En el primer bloque podemos encontrar películas tan fundamentales como Slacker, Movida del 76, la trilogía “Antes de…”, Todos queremos algo o la monumental Boyhood (Momentos de una vida). En la segunda, en cambio, hallamos películas, a priori alejadas de sus temas fundamentales, como Los Newton Boys, Escuela de rock, Una pandilla de pelotas o La última bandera.
Estas cintas, aunque alejadas de la autoría que se les reconoce a las otras, si mantienen cierto interés que puede relacionarse con las películas más personales del cineasta. Aunque de primeras Escuela de Rock o Una pandilla de pelotas parezcan alejarse del trascendentalismo de sus cápsulas temporales, tienen un retrato de cierta juventud que puede conectar con el de su cine. Es decir, Escuela de Rock o Una pandilla de pelotas podrían ser perfectamente las películas que irían a ver los jóvenes adolescentes de Movida del 76 o Todos queremos algo. Hay un retrato sobre la América profunda que, como también se muestra en La última bandera, presenta a Linklater como un autor interesado en la antropología social y cultural de su país.
Sin embargo, todo ese trascendentalismo temporal que podemos ver en otras de sus películas (SubUrbia, La cinta, Waking Life) o ese retrato americano más comercial de su otro cine (Fast Food Nation, Bernie) llega a Dónde estás, Bernadette de la manera más confusa y diluida imaginable. Habrá quién conecte esta decepcionante cinta con la naturalidad de la puesta en escena que Linklater siempre ha perseguido desde sus inicios, pero sería hacerle un flaco favor. A pesar de que la primera mitad consigue cierto tono de comedia dramática, donde todo este estilo desnudo no llega a patinar, la película acaba pecando de un exceso de esquematismo y convencionalismo, tanto en su texto como en su forma.
Podríamos resumir la trama película en lo siguiente: Bernadette Fox (Cate Blanchett) fue una prometedora arquitecta cuyo futuro se vio truncado al desaparecer del mundillo debido al derribo de su última y más adorada construcción. Hundida en una imparable ansiedad, recluida en su casa y con claras muestras antisociales, Bernadette comienza a poner en peligro su vida y la de su familia… Solo un viaje puede reconducir su vida y darle un sentido a todo. Basada en la novela de Maria Semple, el discursillo y búsqueda final que el personaje de Bernadette necesita realizar para encontrase a sí misma no puede dejar de mostrarse casi como un básico y torpe manual de autoayuda.
Linklater pierde el tono de la cinta una y otra vez, hundiéndose en su tramo final en un sentimentalismo excesivo, que comienza mostrándose por un guion lleno de subrayados y deus ex machina (la inexplicable llegada del padre y la hija a la base donde se encuentra Bernadette en la Antártida) y que continúa con una fotografía “TV movie”, sin personalidad ni apoyo, así como con una música extradiegética que solo acentúa las emociones sin aportar ningún matiz diferente.
El aburrido batiburrillo que le acaba quedando al excelente cineasta texano deja al espectador desconcertado ante lo que acaba de observar bajo su firma. Casi nada permite entrever a ese magnífico encapsulador del tiempo -el montaje es errático, tan perdido y desnortado como su personaje- ni a ese audaz y satírico observador de su país -probablemente le interesase el retrato femenino de la fama, así como el inhumano y peligroso mundo tecnológico que se nos presenta, pero nada en ella nos lo hace sentir-.
Desgraciadamente, ni una Cate Blanchett muy apropiada en su papel, aunque algo excesiva, consigue levantar el vuelo de esta película cuyo material de origen no deja escapar a Linklater de lo convencional y manido. Un triste patinazo.
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- ##check## Lo bueno
- La primera mitad de la película. Sin ser nada especial, mantiene cierto tono.
Cate Blanchett, aunque algo excesiva, siempre es un seguro. - ##times## Lo malo
- La pereza y poca autoría que muestra Linklater en el manejo de la historia.
El exceso de sentimentalismo que muestra en su tramo final. Muy simple.
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- Ambientación 5.5
- La fotografía de la cinta no permite que la ambientación resalte con personalidad. Todo resulta superficial, aunque los paisajes antárticos, en ocasiones, se muestran con una gran belleza.
- Desarrollo de Personajes 5.0
- El personaje de Bernadette va desarrollándose con cierto interés, pero la parte final de la cinta echa todo por la borda. Los cambios comienzan a ser bruscos y los personajes se guían más por la necesidad del relato que por sí mismos.
- Argumento / Guión 4.5
- Convencional y esquemático. No es una película que aporte nada nuevo a nivel de historia y mensaje. La hemos visto varias veces y mejor.
- Banda Sonora 3.5
- Efectista. En su parte final solo sirve para subrayar emociones, sin descubrir ni aportar nada nuevo.
- Entretenimiento 4.5
- Se hace algo pesada. Su ritmo y tono mal calibrado la lleva a lagunas importantes y a una estructura que nunca te consigue conectar con sus personajes.
- Montaje / Innovación técnica 4.5
- El montaje tiene un fluir extraño, sobre todo en la segunda mitad. Lo que al principio funciona más o menos, aunque sea de manera convencional, al final acaba sintiéndose acelerado y mal medido.
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- Puntuación Total 4.5 / 10
Trailer: