Revista Religión
“Al atardecer, vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que también se había convertido en discípulo de Jesús. Este se presentó a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Entonces Pilato ordenó que se lo entregaran. Tomando José el cuerpo, lo envolvió en un lienzo limpio de lino, y lo puso en su propio sepulcro nuevo que él había excavado en la roca. Después de rodar una piedra grande a la entrada del sepulcro, se fue. María Magdalena estaba allí, y la otra María, sentadas frente al sepulcro.”
¿Qué pensarían las Marias? Después de tanto tiempo, de tantos milagros, de tanta conmoción, de caminar de pueblo en pueblo, de casa en casa, de sinagoga en sinagoga, enseñando, predicando y sanando, después de seguir al Mesías, he aquí estaban ante su tumba.
Y que hermoso, mientras el grupo más intimo de discípulos huyeron a esconderse, he aquí estas mujeres valientes sin temor a lo que pudieran decirles o hacerles, están ahí hasta el final con Jesús, son verdaderamente libres.
Está escena es interesante, y contrasta con las escenas que vendrán después con la resurrección, pero me hace pregúntarme a mi mismo: ¿dónde estoy sentado? en medio de mis situaciones, de los momentos que vivo en mi vida y las circunstancias por las que paso en un momento u otro.
La manera en que manejo lo que me pasa, ¿qué muestra? ¿me mostrará sentado frente a la tumba de Cristo como si siguiera enterrado y yo estuviera sin esperanza? O ¿estoy sentado con Él en lugares celestiales, con esperanza viendo desde un punto de vista totalmente distinto?
En medio de las circunstancias de tu vida ¿dónde estas sentado tu en este momento?
-Inspirado en el TcD del día 26 de Marzo de 2016, Mateo 27:57-66.