¿Donde estoy?

Calidad, así definen la mayoría de los libros sobre entrenamiento deportivo al periodo en el que me encuentro; ese periodo en el que se supone que tras haberme aburrido como una ostra haciendo fondo, he convertido mi sistema cardio-vascular en una perfectá máquina de transportar y consumir grasas. Estoy en ese periodo en el que puedo azuzarme y olvidarme, aunque no del todo, de los pitiditos que me lanza el pulsómetro diciendome que me estoy pasandome de vueltas, un periodo más divertido de guerrillas entre los compañeros de grupeta para ir probando poco a poco si las horas invertidas durante el invierno han servido para algo.
Hasta ahora, todo ese entrenamiento de base ha sido sobre la bicicleta. Un par de días entre semana enfocado a entrenamientos muy especificos de series y umbrales, mientras que el fin de semana dedicado al fondo, de 3 a 5 horas.
Hace unas semanas he retomado la carrera a pie, sobre todo realizando un trabajo anaeróbico algunas pulsaciones por encima de mi umbral, pero sobre todo porque me gusta correr, y además compaginar varios deportes hace que psicologicamente sea más llevadero poder seguir con el nivel de entrenamiento que me exijo; el año pasado terminé muy cansado mentalmente de tanta bici y meter carrera me ayudo a superar el punto de hastío al que llegué.
Como complemento, he utilizado los últimos meses la electroestimulación, sobre todo en el area de la fuerza-resistencia y la recuperación. ¿Porqué fuerza-resistencia?, sencillo, mis rodillas con las sesiones de FR sobre la bici sufren mucho y el Compex evita este sufrimiento trabajando directamente sobre el músculo sin estresar la articulación.