No me gusta verle así, claro. Pero suelen ser rachas que pasan. Lo que me ha disgustado y sorprendido enormemente es que en esos mismos días empezó a portarse mal en el cole.
Para mi alegria y satisfacción iba muy contento y además se portaba muy bien. Pero de un día para otro empezó a pegar, morder y tirar los juguetes. Y tuvo que ir al “rincón de pensar” un par de veces. ¡Y yo que estaba preocupada por si le pegaban a él…!
Su profesora dice que no le dé mayor importancia y que puede ser por la próxima llegada de su hermanita. Yo no veo claro que ese sea el motivo, porque de momento la hermanita no deja de ser para él algo “abstracto” y que no le ha “robado” todavía tiempo, mimos ni atenciones. Así que yo tengo mi propia teoría. Creo que pega porque lo ha visto hacer en el cole . Vaya, esto suena a madre cegata para la que su hijo es el mejor del mundo y siempre inocente…Pero cegata o no es lo que se me ocurre para justificar estos días raros. Los niños aprenden muchas veces por imitación, y esto es de aplicación para la bueno ( como cuando le quitamos el pañal) y para lo malo (como ahora).Espero que pase pronto esta racha. De momento ayer, después de unas charlitas el fin de semana, se portó mejor. Pude ir a buscarle yo al cole ( momentazo donde los haya! Que CONTENTO se puso al verme! Esto da para otra entrada), y casi lo primero que me dijo fue: “Mamá, me he portado bien y no he pegado a nadie”. Me lo comí a besos.