Hace ya la tira de años que ambas nos fuimos de nuestras respectivas casas paternas, y aún recordamos con cierta nostalgia ese momento de llenar la maleta con nuestras pertenencias al partir... Entre éstas, los discos ocupaban un lugar privilegiado, pues los vinilos, junto con las cintas de cassette, eran la forma habitual de escuchar música a la carta. Pero entonces aparecieron los CDS (¡por favor, no somos tan mayores...!), y todo cambió... Nuestros queridos "Long plays" quedaron olvidados en un rincón del salón, y no nos deshicimos de ellos de puro milagro, porque suponemos que el gusanillo vintage tiraba de nosotras aún antes de saber, siquiera, qué era eso... La verdad, quién iba a suponer que, años más tarde, volverían a conquistar nuestros salones reclamando, con fuerza, el sitio privilegiado que ocuparon en su día, o cualquier otro acorde a su aire retro y mucho más decorativo.
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Y vosotros, ¿conserváis vuestros vinilos a buen recaudo?