Revista Cine

Donde habitan los monstruos

Publicado el 03 noviembre 2010 por Zeuxis
Donde habitan los monstruos


Toda maravillosa historia de fantasía inevitablemente adquiere más asombro si se involucradentro del mundo infantil. Se cuenta que Lewis Carroll el gran pastor y matemático británico solía inventar historias, mientras paseaba en su bote, a las tres hijas del matrimonio Liddell. Lo más fantástico era que la menor de las chicas; Alice, solía interrumpirlo constantemente en el transcurso de sus narraciones, lo que obligaba a Lewis a modificar, sobre la marcha, sus historias. Se cuenta que el 13 de noviembre Lewis escribió en su diario el inicio de su obra: "Alicia en el país de las maravillas”, y en un pie de página le explicaba al lector imaginario que el libro era la respuesta definitiva a un reto que le había impuesto la joven Alice.

No obstante, podemos concluir que, quizás, la obra más fantástica de las fábulas infantiles modernas no hubiese sido posible sin la implicación necesaria y bienaventurada de una niña.

La historia la conocemos muy bien; una niña cansada de la rutina y con una alta dosis de imaginación logra colarse a otra dimensión a través de un espejo, al llegar a ese otro mundo, lo que deviene es una odisea infantil que al igual que la historia de Homero se basa en la necesidad de sortear todas las aventuras para poder volver a casa.

Siempre había pensado en una versión masculina; imaginar ese mundo pero atravesado o vivido por un niño, un pequeño hombrecito cruel y alocado. Algunas versiones como “Narnia”, “El laberinto del fauno”, “James y el durazno gigante” o “El extraño mundo de Jack”, han trabajado el tema pero desde una posición gregaria infantil donde se deduce que el protagonista inevitable o eje conductor siempre termina siendo es unagente femenino o un mágico objeto, pero es en la película “Donde viven los monstruos” de Spike Jonze, donde se logra el deseo por primera vez en la historia de observar el mundo de Alicia desde los ojos de un Niño.

En “Historia sin fin” hay algo, un bosquejo, un intento, pero es en la obrade Spike Jonze donde la fantasía, tal y como un niño puede concebirla desde su naturaleza auténtica, logra toda su clímax.

Cuando se comienza a verla, inmediatamente viene a la mente la analogía Carrolliana, uno comienza por decirse; “vaya, una versión de Alicia pero con niño”, pero Jonze no se queda sólo en ese aspecto, el director sin ser un matemático tenaz como Lewis logra algo quizás más complejo; interioriza en las angustias reflejas y en las proyecciones emocionales que sobreviven en el interior de los humanos desde la infancia y que seven personificadas en la imagen maravillosa de monstruos que contienen dentro de si todas las pulsiones del ser humano.

Algo muy similar a lo que pasa en “Monsters, Inc.” De Peter Docter, advirtiendo que en esta a pesar de la gran afinidad fantástica, el actor principal es una niña.

“Donde habitan los monstruos” es una película simplemente maravillosa. Un modelo de fantasía que profundiza en la psicología desde un vértice emocional sorprendente; esta dimensión de mundos paralelos esta vez no se da por medio de un espejo, un armario, un objeto extraordinario, impronta definitiva que se instauró en las historias mágicas desde Aladín hasta Borges, sino que se instala en el mundo real a través de un viaje sin brújula, llegara esta otra dimensión esta vez sólo está dado por la voluntad. La película recurre a un recurso más antiguo y que inevitablemente pertenece a Homero; el viaje como forma posible de traslación hacia otra dimensión, herramienta artística que utilizaron otros grandes como Defoe, Poe, Swift o Verne.

El niño huye y en su escape: comportamiento y deseo encarnado en toda naturaleza humana, descubre un nuevo mundo, un mundo que a medida que vamos reconociendo, entendemos que se trata simplemente de una bitácora interior por la creatividad del infante.

En este sentido el viajar ahora no se trata de un acto de movimiento exterior que se ve fecundado por las impresiones exógenas sino que se transforma en una actividad mística donde el viaje es una exploración endógena de la intimidad. Este mismo fenómeno se advierte en una obra filosófica de un colombiano: Fernando Gonzalez Ochoa;en su libro “Viaje a pie” nos define esta forma de filosofar hacia adentro como una de las formas de pensamiento más elevado.

Al ser el viaje una forma de descubrimiento interno, el viajar toma una nueva concepción, se instituye como develar y ese develar misteriosamente se queda en un descubrir que parte de adentro hacia adentro como las muñecas “etruskas”; el niño filosofa y construye una categoría alterante, su delirio no se basa en la concepción imaginaria de sus temores o ambiciones sino en la materialización fantástica de sus razonamientos sobre esos temores y ambiciones. El niño genera la dialéctica más hermosa pensada sólo para poder entender sus propias pulsiones y lograr así un avancé evolutivo dentro de su comportamiento. El niño es la versión platónica de la caverna o la mejor versión actual del epígrafe que escribió Nietzsche para su Zoroastro.

“Donde habitan los monstruos" es una película que deja muchas cosas; desde la psicología es sólo la muestra de las dificultades infantiles que manifiestan muchos infantes dentro de la sociedad contemporánea, desde otras esferas, es una obra de arte, un reflejo de las ulceras de la sociedad o un mero divertimento, para mi, es la mejor versión de un niño… en el país de las maravillas


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas