En las empresas sin procesos claros, no gana el que tiene la razón… gana el que más grita.
Y eso es un síntoma peligroso:
• Se toman decisiones impulsivas.
• Se desgasta el equipo en discusiones inútiles.
• Se frena el crecimiento porque nadie sabe cuál es “la forma correcta”.
Los procesos no son burocracia, son la voz neutral que ordena el caos.
Con procesos claros:
• Se decide con datos, no con volumen.
• Se trabaja en equipo, no en bandos.
• Se gana eficiencia y paz mental.
El verdadero liderazgo no es gritar más fuerte, es dejar reglas claras para que todos hablen el mismo idioma
Fuente: Calidad
