donde no puedo leerme te escribo, y te escribo las cosas que me leés en vos, te escribo en vos con la cosa lenta de tu lectura, te escribo lento como pensamiento de almeja, y tu deseo de arañas va escriturando sobre tu piel las ganas que me ensordecen en tu locura, por eso te escribo donde no puedo leerme
donde no puedo leerme me escribís y decís te hago, y yo interrumpida saboreo la última oscuridad del libro de donde me sacaste como a un muerto reciente, donde no puedo leerme obrás tu perfidia, la magia de abrir puertas que no me sé, rompés mi razón entre lo que te leo y me escribís donde no puedo leerme
donde no puedo leerme te escribo, porque lo que me leés no me reconoce en tus palabras, entonces dibujo tus ganas con letras sobre ese cuerpo abandonado a mi escritura, sobre tus ganas húmedas en ser escritas, sobre tu fondo inédito, sobre eso que debajo de tu voz me dicta, y te escribo donde no puedo leerme
donde no puedo leerme me escribís, te apoderás sin pausa de mi forma, manchás con una lengua llena de monstruos la inocencia silvestre de mi entrega, te volcás sobre mi parte inalcanzable como si tuvieras un plan preconcebido, escribís hasta darme un adormecimiento cercano al calambre, una satisfacción punzante donde me tenés más de lo que me tengo, así librada a tu palabra gozo la captura, mientras escribís donde no puedo leerme
donde no puedo leerme te escribo, donde no podés leerte, donde me das tu forma para que la deforme, donde te mancho de mis manchas, donde te inalcanzo en lo que te escribo, te escribo hasta el calambre, hasta el dolor, hasta el pensamiento, hasta donde te escapás más de lo que me escapo y así, presa de mi escritura, te desalambrás como si te ensombrecieras entre ciegos, mientras te escribo donde no puedo leerme
donde no puedo leerme me escribís y acabo por rendirme a los caprichos de tus símbolos, hacés en mi zona invisible un extrañamiento, corregís con la dureza de tu estilete mi soltura, volcás y volcás algo que no entiendo, que no voy a conocer nunca aunque haga de mí lo que quiera; el dolor es una llave pesada en tus manos y me quema, llevándome a ser más tuya en todo lo que me escribís donde no puedo leerme
donde no puedo leerme te escribo con la intención de la escritura continua, con las ganas enfermas de crearte, te escribo y te creo crearte, mientras te hago texto de mis ganas, manchas de mi deseo, cosa viva que me lee y me desorienta la escritura sobre vos que es tu cuerpo, mientras te escribo donde no puedo leerme
donde no pudo leerme me escribís, como si usaras mis ruinas para tu ciudad, como si dinamitaras los nombres que ya tengo y llovieras otros que me secuestran para siempre, me doy a tu escritura más enferma que vos, me ofrezco de hoja indesechable, te condeno a leerte cuando me orilles y así me doy a tu locura para ser una mujer derrotada, cada vez que respirás me escribís donde no puedo leerme.

Jan Svankmajer
