Las dos nos consideramos bastante románticas, sin llegar a la cursilería, oiga. El amor verdadero es la ilusión a la que ambas hemos aspirado, con mayor o menos suerte, y agradecemos los detalles que acrecientan esa ilusión. Sin embargo, siempre nos ha dado pena que nos regalen flores en ramo, por lo efímero que representa y por el "fallecimiento" de la flor en cuestión. Valoramos, por contra, las flores en sus macetas, pero también la originalidad con la que los tiestos son concebidos. Porque el trabajo de pensar también denota un interés en la persona amada, y "estrujarse la cabeza" para sorprender a tu media naranja tiene sus frutos... O sus flores.... O lo que sea, cariño.
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Y vosotros, ¿sois románticos? ¿Os van las flores? ¿Y la originalidad? ¡Contadnos!