Alicia, recién divorciada y con dos niños, alquila un piso en un barrio sencillo que parece lo que realmente es: un lugar lleno de vida auténtica, de la de verdad. Confusa y agobiada, Alicia no sabe si va a ser capaz de estar tan viva como sus nuevos vecinos. Sin embargo, casi sin quererlo, una sorprendente revolución le espera entre las cajas de la mudanza.
Arturo el Anciano, Ángeles la Dispuesta, Fernando el Guapo y Rodrigo el Tímido le van a enseñar a Alicia la Triste que la felicidad es una planta que florece inesperadamente y que, si no estamos atentos, corremos el riesgo de perdernos su perfume.
No importa que tengas veinte años o ciento doce, cuarenta y tantos o sesenta y tres. En esta novela estáis tú, y tu vecino del bajo, la del 3º A, y el chaval del 1º B. Están tu barrio y otros barrios, sucesos antiguos, de la semana pasada y también, ya lo verás, del porvenir, ese lugar que puede ser -¿por qué no?-, tan luminoso como una primavera.
Formato: Tapa blanda / Epub
Sobre el autor: Silvia Laforet
"¿Así que la vida era esto?Lo difícil, sí. Y lo bello y lo fácil y lo duro y lo blando y lo suave y el áspero roce del dolor. La vida es esto. Cógela o déjala, pero haz algo ya".
"[...] día que pasa, día que no vuelve. Hoy has visto lo sencillo (aterrador y sencillo) que es pasar de estar vivo a estar muerto. Pero nos preocupamos más del pasado y del futuro que de lo que nos pasa hoy, y nada es tan terrible ni tan maravilloso como lo vivimos, pero nos damos cuenta mucho después. [...] no sé qué hacemos sin ser felices. Si no lo somos [...] no sé para qué estamos".
No sabía qué esperar cuando comencé a leerlo, lo compré más por impulso que por el contenido pues no sabía de qué iba. Pero no me ha defraudado, todo lo contrario. Dónde puedo alquilar una primavera es de esas novelas sencillas que te atrapan desde el primero momento y hacen que te pierdas en sus páginas y el tiempo pase rápido sin que te des cuenta.
Aunque no cuenta nada nuevo o diferente, me ha gustado mucho. Está bien escrita, sus personajes bien construidos y toda la novela destila fuerza, amor, sencillez y esperanza. Nos anima a no dejar de soñar y luchar por lo que queremos en la vida, pero sobre todo a creer en nosotros mismos y a darles una oportunidad a los demás y no dejarnos llevar por la primera impresión, sea esta cual sea.
Los personajes todos son muy variopintos pero tampoco es que sean o hagan cosas extraordinarias pero sí que resultan tan cercanos, con problemas comunes y reales, que tal parecen amigos o conocidos con los que coincidimos en nuestro día a día y creo que esto es lo que hace que esta novela resulte cercana y singular.
Alicia, la protagonista tiene que rehacer su vida con lo que queda después de un divorcio y con dos niños pequeños. Es una mujer sencilla, valiente, fuerte y con mucha entereza. Llena de sueños por cumplir y miedos por dejar atrás. Se muda a un edificio, que desde mi punto de vista es más protagonista en la historia que la propia Alicia y allí se encuentra con una comunidad de vecinos muy parecida a la de la serie "La que se avecina" pero sin los malos rollos.
Acostumbrada a otro tipo de vida, caer en este lugar es como llegar a otra galaxia. Pero pronto se da cuenta que nada es lo que parece. Tanto su nueva vivienda como las personas que la habitan y el barrio en el que se encuentran, están llenos de la vida que ella necesita en estos momentos, con sus retos y problemas diarios pero sobre todo por personas sencillas, amables, con mucho amor para dar y ganas de compartir con los demás su día a día.