Revista Cultura y Ocio

Donde quiera que estés. Elena Moreno

Publicado el 21 mayo 2014 por Carmina
Donde quiera que estés. Elena MorenoLas novelas como la mayoría de las cosas de esta vida, tienen que entrar en primer lugar por los ojos, una portada bonita siempre atrae a un lector, aunque también es cierto que  a todo lector no le atrae lo mismo en una portada. Y esta que me ocupa, a mi personalmente me enamoró.
No es que una portada bonita me lleve de cabeza a leer un libro, si no que hace que me interese por él, en este caso la sinopsis hizo lo propio para que el ejemplar cayera en mis manos, y una vez leído puedo afirmar que es uno de los libros más bellos que han pasado por  mis manos. Trata un tema nada novedoso, el luto, la perdida del ser amado, como afrontarla... pero es precisamente ahí donde a mi me ha convencido completamente porque quizás yo también hubiera optado por esa vía, he empatizado con la protagonista desde la línea uno.
Otro de los alicientes para el lector de esta novela son sus protagonistas principales, un escritor tan ausente como omnipresente, una bibliotecaria, y una novela a la que el infortunio de su autor catapulta al éxito de forma apabullante. ¿Quién se puede resistir ante un elenco de actores de esta índole? Yo, sinceramente no. Si te gusta como a mi rescatar frases, en Donde quieras que estés vas a encontrar tantas que vas a llenar un cuaderno entero. No había leido nada de esta autora pero su prosa es muy bella, los sentimientos traspasan el papel, al igual que su protagonista principal.
Me adelanto, como siempre comienzo la casa por el tejado, pero quiero deciros que esta novela me ha gustado mucho, me ha hecho pensar, reflexionar, me ha llevado por todos los estados de ánimo posible, he logrado empatizar con sus dos protagonistas, más con la mujer que con el hombre, pero supongo que es por motivo de afinidades.
La autor@:Donde quiera que estés. Elena Moreno
Elena Moreno nació en Bilbao, es licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad de Bellaterra (Barcelona). Ha trabajado en medios como Eitib (Radio Euskadi, Euskal telebista), Cope, Punto Radio y Canal Euskadi. Colabora en prensa escrita y  ha ganado varios premios de relatos literarios. El salón de la embajada italiana fue su primera novela.
Si queréis poneros en contacto con ella
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Argumento:
La primera noche que el doctor Lucas Denvurg pasa en su nuevo apartamento, se encuentra con algo imprevisto que le impide conciliar el sueño y olvidar el motivo de su cambio de domicilio; una mujer llora al otro lado del tabique.
¿Cómo reaccionar ante un llanto desconocido? Él golpea suavemente la pared y susurra palabras de consuelo. Entre ambos se establece un extraño y dependiente vinculo.
Su vecina es María Noriega, acaba de perder a su marido_ el escritor Baltasar Mugaritz_ en un controvertido accidente. Ella sabe que el dolor necesita tiempo para desaparecer, pero la desconfianza que surge ante lo que el destino le tiene preparado parece insuperable. Cuando el muro entre ambos caiga, el la guiará hacia la resolución del misterio sobre la obra del escritor.
Una apasionante novela que nos invita a afrontar el pasado para permitirnos vivir la más inesperada de las historias de amor.
Impresiones:
Justo esta última frase de la contraportada me dio muchos quebraderos de cabeza, no soy lectora de romántica pastelosa, y temía equivocarme y estar ante una de esas novelas pasadas de azúcar que terminan por no gustarme de puro almíbar e inverosimilitud. La primera impresión a veces es la que cuenta, y decidí obviar esta frase, y reconozco que mi instinto no me falló, que me ha gustado más de lo que esperaba, y que una novela supere mis expectativas no es nada fácil.
La autora ha apostado fuerte con continuos guiños al lector, a ese que hace que su trabajo tenga sentido, y no es que estos siempre sean explícitos, pero ya en la segunda frase introduce una fecha que para todo amante de los libros es conocida e incluso diría yo que reverenciada, el 23 de abril... Ese día Baltasar Mugaritz debía estar firmando La tristeza de la alondra, su ultima novela,  en una caseta, no en vano es el día internacional del libro, sin embargo, cambió los planes y se encontró con la muerte en una carretera secundaria.
Desde ese día su mujer María Noriega no vive, vegeta, intenta recordar los buenos momentos con el escritor nos hace participes de sus manías a la hora de escribir, de su vida poco convencional cuando trabajaba en un libro nuevo, de su aislamiento del mundo cuando lo visitaban las musas. No se si todos los escritores son así, supongo que no, pero Baltasar era un ser etéreo, que la mayoría del tiempo no estaba, que se concentraba en sus personajes, que hacía suyas las historias de otros, que daba vida a los personajes, y por momentos me atrajo su forma de ser y en otros me repelió, no podía entender como podía tener dos personalidades distintas, una maravillosa, casi de protagonista de libro, y otra egoísta y a mi modo de ver antipática.
Estilo
La novela alterna la primera y la tercera persona del singular, porque encontramos en ella dos historias que se entrecruzan, que se encuentran y se desencuentran para finalmente converger en  una sola. María nos cuenta sus tribulaciones en primera persona, empatizar con ella no es difícil, su dolor tiene un motivo, la culpa, cuando pierdes a un ser querido tras una discusión, los fantasmas que se agazapan tras ella te persiguen. María no es capaz de cerrar la puerta y pasar página, le pesan los errores, le pesa la ausencia del ser maravilloso que era su marido en ocasiones, sin olvidar que a veces se convertía en otro al que no conocía. Sin restar méritos a la otra historia, esta me ha llegado más al corazón, la primera persona ayuda a sentirla más cercana, pero también que hable de un tema que te es familiar, ya no sólo la pérdida, si no la forma de afrontarla. No olvidemos que estamos hablando de un escritor y una bibliotecaría, gente acostumbrada a estar entre libros, a vivir entre personajes de ficción. María piensa que la única forma de cerrar una etapa y poder conservar al Baltasar escritor, es escribiendo sus recuerdos, sus sentimientos en un cuaderno.
De esa forma nos encontramos ante una prosa lírica, cargada de frases para coleccionar, y para reflexionar, de metáforas nada retorcidas, nos encontramos ante las contradicciones del ser humano, puestas sobre el papel de una forma que nos sube a una montaña rusa de sensaciones, al tiempo que nos convierte en protagonistas de excepción de esos diálogos que a través de sus textos María, mantiene con Baltasar, y como necesita ir deshaciendo sus dudas y sospechas para preservar la memoria del que fue su marido, dejar intacto el nombre del escritor y poder cerrar una puerta para abrir una ventana.
María se desnuda en sus cuadernos, no está sola tiene a su amiga Isabel,y también a un vecino que a través de un tabique le proporciona consuelo y tiene a su hijo Gustavo en París, sin embargo se siente sola, perdida, asustada por lo que pueda descubrir, y todo eso al lector le llega de una forma plena, siente el miedo de María, su angustia, puede que como yo no comparta todas sus decisiones, pero el personaje no le puede resultar indiferente.
Podría pensarse por todo lo que tengo dicho que es una novela lenta y lacrimogena, no soy muy dada a llorar en literatura, como tampoco lo soy a reír, este libro me ha arrancado alguna lágrima, y me ha puesto un nudo en la boca del estómago en más de una ocasión, pero no es un libro lento porque acompaña los pensamientos con diálogos, y tampoco considero que sea una novela para leer con una caja de pañuelos al lado... a no ser que te consideres lloron/a.
Pero he dicho que tenemos dos tramas, la segunda está protagonizada por un médico oncólogo, especializado en leucemia, un hombre con carácter sueco, con muy mala suerte en el amor. El doctor Denvurg tras su apariencia fría es un hombre al que le afecta el sufrimiento humano, debería estar inmunizado por su profesión, sin embargo no es así. Su vida ha ido dando vueltas hasta volver a su Bilbao natal. Tratar a Mario, ha sacado su pasear su parte más vulnerable, la relación doctor paciente ha traspasado fronteras y se ha convertido en una amistad sin fisuras, en la que caben las confesiones, y el intercambio de confidencias. Lucas comienza una dura batalla contra las células que van minando la salud y el cuerpo de Mario día a día, intenta insuflarle esperanza, aunque los resultados no son nada positivos. Las conversaciones entre Mario y Lucas no tienen desperdicio, te hacen reflexionar, pensar. La profundidad que alcanzan en ocasiones sorprende, si tenemos en cuenta que estamos ante un médico y su paciente, al igual que la relación que se establece con la familia de Mario.
Esta parte de la novela está narrada en tercera persona, un narrador omnisciente nos va contando lo que siente Lucas, como es su profesión, su infancia, su juventud, sus amores, sus progresos acádemicos, incluso se remonta más atrás para explicarnos porque es medio sueco. La autora introduce tecnicismos, nos explica de un modo sencillo como se comportan las células cancerígenas, la pasión que siente Lucas por su trabajo, y como su lado humano se abre paso por encima de su practicidad sueca ante el dolor, tanto de su paciente como de su vecina. También en esta trama se pueden rescatar frases, casi todas ellas en la boca de Mario.
Los capítulos se alternan, hay incluso hechos que tienen como protagonistas a María y a Lucas que podemos verlos desde dos ángulos distintos, como los vive ella, y como los vive él, y eso siempre ayuda a tener una visión global, además no tienen porque tener una sucesión casi inmediata, a veces retoma el suceso capítulos más tarde, sin embargo, la mente del lector no tiene ningún problema en asociarlos.
Además de en capítulos alternos la novela se divide en dos partes. La primera nos sirve para presentarnos a los protagonistas, para situarlos en su realidad, para lograr un punto de unión y ese no es más que la vecindad. En la segunda una vez conocidos ambos empiezan a interactuar, a producirse entre ellos malos entendidos a la vez que acercamientos, y finalmente ese reconocimiento mutuo de bálsamo para las cicatrices que van jalonando el alma. Lucas se convierte en el báculo en el que se apoya María a la vez que va perdiendo su batalla personal. Ambos necesitan cerrar puertas para poder abrirse sin miedo a una nueva relación, y juntos irán limando asperezas. María lograra acallar sus culpas, poner mordazas a sus sospechas, preservar a su escritor en el corazón al tiempo que se abre a una nueva vida, completamente distinta de la que ha conocido hasta ese momento.
Lucas intenta olvidar sus fracasos sentimentales, ve en María su alma gemela, una persona que sabe escuchar y reconfortar, a pesar de la tristeza que la asola, por ello intenta ayudarla a vencer sus miedos, le allana el camino en la búsqueda de sus fantasmas, le ayuda a poner grilletes a las dudas. Y juntos vivirán una de las escenas más emotivas y a la vez más duras de toda la novela. Porque si la vida te da una mala mano, de nada sirve la pericia del jugador, la partida está perdida de antemano.
El epilogo para mi es de lo más emotivo y pone el broche final a una novela bien escrita, con dos tramas muy interesantes, y con una historia con la que podremos empatizar y conectar.
Los libros dentro de la novela.
Como he dicho al principio la autora hace constantes guiños al lector, Baltasar Mugaritz pierde la vida un 23 de febrero. De la mano de su mujer conocemos sus manías de escritor, como se sentaba a escribir una novela, y no me refiero a si lo hacia sentado o de pie,  a mano o en ordenador. Conocemos su éxito que fue a la vez su tortura y su tumba.
De donde sacó la idea para escribirla, las noches en blanco... y después  hace su aparición estelar su editora y también nos desvela algunos trucos y algunos de los yugos del escritor cuando tiene éxito su novela. La firma de libros a la que no asistió en pos de sus fantasmas. Su mundo onírico, ese que esta habitado por personajes inventados, por ambientes ideales. Baltasar como escritor es un personaje a descubrir, el humano que de vez en cuando asoma, es totalmente prescindible.
A eso hay que añadir que María es bibliotecaría, una enamorada de los libros, y una gran lectora, y nos deja muchas perlas que compartiré con vosotros en otras entradas, porque tengo Como en un espejo olvidada, y ya tengo dos fragmentos rescatados, aunque para ser sincera una no tiene nada que ver con la literatura pero si que me va como un guante.
Humor
No no es contradictorio, os he dicho que es una novela que explota y explora los sentimientos, pero hay momentos en que la tensión se rebaja, y es a costa de tres mujeres, de tres personajes secundarios, pero a la vez muy importantes, que logran arrancarnos alguna sonrisa, que no risa.
Por un lado tenemos a Katy la madre de Lucas, una mujer acostumbrada a hacer lo que quiere, que lleva al doctor un poco por la calle de la amargura. Primero cuando vive con ella porque lo controla, después porque le echa en cara que la abandone. Más tarde por auto medicarse y crear de esa manera situaciones que para el lector pueden ser graciosas, pero no así para su hijo.
Y luego si ya podemos sonreir más es gracias a Gladys, la chica que ayuda a poner orden en el apartamento de Lucas, sudamericana y muy acostumbrada a poner orden incluso donde no le piden y Susi la mujer de la limpieza de María, entre las dos hacen de celestinas, intentando unir dos almas que ellas presumen solitarias, separadas por un tabique.
Lucas Denvurg también propicia alguna situación de distendimiento, es muy despistado y llega a confundir teléfonos, si a ello le unimos que es un hombre de pocas palabras y muy muy práctico al final el mal entendido está servido, y la sonrisa aflora a los labios al imaginarlo contrariado y ruborizado.
Conclusión
Como habréis podido comprobar es una novela que auna muchos temas, dos tramas que convergen hasta unirse en una sola, literatura y ciencia tienen cabida en una misma historia. Aunque solo he nombrado a dos personajes que son los que realmente llevan el peso y si contamos a Mario tres, en realidad tenemos una novela coral en la que la autora ha sabido dibujar de forma magistral dos almas tan diferentes como complementarias y al mismo tiempo personajes secundarios con precisión, sin difuminar demasiado a ninguno de ellos por poca aparición y fuerza que tengan.
Si eres un amante de los libros, en esta sin duda encontraras fragmentos que te enamorarán, si lo tuyo es la ciencia seguro que comprendes a la perfección el mundo de Lucas Denvurg, pero no te preocupes porque si de células, sabes lo mismo que yo tampoco te perderás porque el doctor es un hombre que se hace entender.
Una novela bien escrita, que hace reflexionar, que te sube a la montaña rusa de los sentimientos, y que al final tiene un broche de oro digno de una gran historia, una puerta que no se cierra del todo, pero que entreabre una ventana. Real como la vida misma.
Si te animas a leerla ya me contarás
Retos
25 Españoles

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