Revista Sociedad

¿dónde van los pingüinos en invierno?

Publicado el 29 enero 2010 por Alfonso

En estos tiempos en que cualquier chimpancé realiza un máster en técnicas audiovisuales y se pone a filmar la vida de los primates más allegados a la prmera que le dejan, en que un científico que se pasa la mitad de su vida en una base antártica no sabe explicar dónde van los pingüinos en invierno, o en que podemos predecir un seísmo con horas de antelación -lo que pasa es que algunos no debemos sintonizar la frecuencia de alertas adecuada, ¡cuán ignorantes somos!-, ya sabemos el número de españolitos y españolitas que seremos a mitad de siglo: los de ahora y un par más, muerto arriba o nacimiento abajo. Eso es acertar, tener mas puntería que un cazador con su deerstalker, ese sombrero que tanto distinguieron a Sherlock Holmer y Holden Caulfield.
Con tal certeza, no es de extrañar que haya que retrasar la edad de jubilación, por lo de la seguridad social esa a la que tanto colabora el abnegado funcionariado. Por eso y porque tampoco sería explicable que los pocos que están trabajando perdieran su puesto por dedicarse a llevar los nietos al colegio, recoger a los nietos a mediodía, dar a los nietos de comer, volver a llevarlos al colegio, volver a recogerlos, distraerlos, darles la merienda, llevarlos a su casa, y un sábado sin otro, pasar con ellos el día. No sería plan, siendo gente que a lo mejor han pasado años de su vida con las uñas negras por la grasa mecánica o blancas por el yeso de las obras, con la espada del paro sobre sus cabezotas erguidas, orgullosas vaya a saberse a santo de qué, con los bronquios llenos de polvos nocivos o los ojos de destellos de números sumados para otros, individuos por tanto capaz de aguantar y aguantar lo que haga falta, todo por el futuro, por vivir con dignidad y ser un vecino respetable, al estilo de aquellos del cine americano que decían estar al corriente del pago de sus impuestos. Además alguno habrá que le daría por escribir, componer o contar cosas que mejor no saber que decía el poeta. Y el mundo no necesita más barcos diminutos dentro de botellas, acuarelas de paisajes boscosos y abo(i)nados al sol, que quede claro.
Con estos argumento o similares, todos a trabajar. Y de paso a dejar de contar mentiras, tralará, que con tanta palabrería nos olvidamos de regar el huerto y así no hay brote que crezca.
Dónde van los pájaros bobos cuando llega el frío no lo sabemos, aunque últimamente dicen haber avistado una buena bandada en una exclusiva estación de esquí suiza llamada Davos, Tavau, Tavate o algo parecido. Vamos, la misma que Thomas Mann convirtió en su montaña mágica. Se ve que la altitud despeja las mentes. Aunque a algunos eso de oxigenarse les sienta fatal.
¿DÓNDE VAN LOS PINGÜINOS EN INVIERNO?Davos

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