Revista Diario

Doppler fetal

Por Una Mamá (contra) Corriente @Mama_c_corrient
Con 12 semanas de embarazo me compré un doppler fetal. Fue una de las mejores compras que hice durante el embarazo porque con la obsesión que acabé desarrollando, me daba mucha tranquilidad poder escuchar el latido de mi bebé siempre que me apetecía. 
El doppler es un aparato de ultrasonidos que evalúa la sangre mientras circula por el organismo. Si os habeis hecho una eco gestacional, el médico muy probablemente os haya puesto el sonido del corazón, al tiempo que en la pantalla se ven unas zonas con distintos colores. El ecografista verá qué tal circula la sangre por el cordón umbilical, el ductus venoso...en fin, esas cosas que miran los ecografistas cuando nos hacen las ecos de los bebés... Este método tiene una ventaja fundamental y es que no es nada invasivo, al tiempo que es muy preciso. Por eso en la actualidad se han extendido tanto las ecografías doppler.
Leyendo sobre el tema, en varias webs encontré información sobre un doppler casero llamado "angel sounds". Este aparato tenía un inconveniente básico para mi y es que las pulsaciones las tienes que contar tu y, además, no garantizaba que uno escuchara nada antes de las 20 semanas.
El que yo me compré, el "Baby Sound Fetal Doppler" tiene un display LCD que te calcula automáticamente las pulsaciones. Así no hay riesgo de confundir el latido de una misma con el del bebé. Como sabeis, el latido del bebé va muy rápido, a unas 140 pulsaciones de media.
Doppler fetal
Para que funcione el doppler hay que usar un gel o algo similar. Yo utilizaba crema hidratante. 
Lo compré por eBay a una vendedora canaria y me costó 60 euros, gastos de envío urgente incluidos. El mío es en color azúl, como veis se vende también en rosa.
Empecé a escuchar a mi hijo con 15 semanas de gestación, unos días antes de empezar a notarle en la tripita. Os pongo como se escuchaba su latido con 32 semanas:
La calidad de sonido no es excelente pero lo suficientemente buena como para distinguir su latido perfectamente e, incluso, en algunos momentos, un ruido de aguas, que en teoría es el líquido amniótico. Incluso se puede apreciar que el bebé se mueve y se pierde el latido, igual que ocurre muchas veces cuando vamos a monitores.  
A mi me fue de mucha utilidad. No es que lo usara todos los días, pero sí quizá una vez a la semana. Mi marido decía que el niño debía estar hasta el moño diciendo: "joer, ya está aquí otra vez la pesada del doppler". 
Se lo dejé a mi cuñada, que no sé si le estará dando el mismo uso que yo. Espero que sea "de Huelva" porque el día que me vuelva a embarazar lo voy a necesitar, ¡no podría pasar sin él!. Además del recuerdo que me ha quedado de un par de grabaciones de sus latidos, que me parecen muy entrañables.
¿Lo habéis usado?. ¿Os compraríais uno?.

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