PARIS
Se busca a una joven, Dora Bruder, de 15 años, 1,55 m, rostro ovalado, ojos gris-marrón, abrigo sport gris, pullover burdeos, falda y sombrero azul marino, zapatos sport marrón. Ponerse en contacto con el señor y la señora Bruder, bulevar Ornano, 41, París.
Portada de Dora Bruder
Este es el anuncio con el que Patrick Modiano se encuentra en un viejo ejemplar del 'Paris-Soir' con fecha 31 de diciembre de 1941 ocho años antes de que escribiera esta novela. Podría haberle pasado completamente desapercibido, podría simplemente haberlo leído para después olvidarlo sin más. No lo hizo. Tal vez fuera la dirección escrita en él, ese bulevar Ornano que tantas veces pisara de niño, ese número 41 a escasa distancia del que fuera el hogar de su infancia. Puede ser que eso bastase para establecer una conexión entre una chiquilla y un hombre maduro que nunca se conocieron pero que pisaron las mismas calles. Modiano sólo tiene dos certezas claras en la vida de Dora Bruder: que con 15 años se fuga de un internado religioso, y que nueve meses después su nombre figura en una lista de deportados al campo de exterminio de Auschwitz. Con estos escasos datos el escritor se lanza sin descanso pero con paciencia a la ardua labor de descifrar lo acontecido a Dora Bruder en esos meses. Sin descanso porque averiguar sobre la joven se ha convertido ya en una necesidad personal. Con paciencia porque la burocracia es lenta, porque hay documentos que se han perdido y otros que se han querido perder en ese París reacio a recordar, renuente a mostrar su vergüenza y empeñado en ocultar su complicidad. Un París también en el que el ayer y el hoy se alían con el autor para desenterrar a tantos inocentes que impasible e indiferente vio morir, para darles un merecido aunque tardío homenaje."Me dije que nadie se acordaba de nada. Tras el muro se extendía una tierra de nadie, una zona de vacío y de olvido. Los viejos edificios de Tourelles no habían sido derribados como el pensionado de la calle Picpus, pero esto carecía de importancia y no obstante, bajo aquel denso manto de olvido, se oía, de cuando en cuando, algo, un eco lejano, ahogado, pero era imposible saber exactamente qué. Era como encontrarse al borde de un campo magnético sin péndulo para captar las ondas. En la duda y por mala conciencia habían colgado el cartel de "Zona militar. Prohibido filmar y hacer fotografías".""Dora Bruder" no es una novela al uso, se trata más bien de una crónica periodística. Esto hace que el autor se convierta en narrador de la misma. El lector puede verse abrumado a veces por la ingente cantidad de datos que se presentan en ella. Numerosos son los edificios y calles de París citados, demasiados quizás ya que pueden agobiar a quienes no conozcan esta ciudad. Pero es que este libro no se entiende sin la omnipresencia de la capital francesa, no en vano rescata una parte de la Historia silenciosa de la misma y a la vez también, y sin proponérselo, de otras muchos enclaves europeos. Asimismo Modiano comparte con nosotros toda la información que va recabando sobre la joven Bruder, amén de la de otros infelices cuyas vidas y amargos destinos se cruzaron con la suya. Y aunque pueda parecer que de este derroche de referencias y datos resulte una árida lectura, es precisamente ese contraste entre la información fidedigna y los huecos documentales, lo que hace grande esta novela. Son esos huecos los que nos hacen caer al abismo más absoluto.
"Dicen que los lugares conservan por lo menos cierta huella de las personas que los han habitado. Huella: marca en hueco o en relieve. Para Ernest, Cécile y Dora, yo diría: en hueco. Me embargaba una sensación de ausencia y de vacío cada vez que me encontraba en un lugar donde habían morado."
Stamp/Stempel. Fotografía de Christian Schnettelker
Tan sólo nos queda cubrir esos huecos con la deducción y la imaginación. Y como os decía, pajaritos, ahí está la grandeza de esta novela. Por increíble que parezca, lo que suponemos que le sucedió a Dora Bruder se nos hace más real que aquello que se ha contrastado. Concluyo que es así porque lo consideramos más humano, porque le da vida a un simple nombre perdido entre tantos otros pertenecientes a víctimas que por anónimas pareciera que no hubieran existido. Adolfo García Ortega asegura en el prólogo de esta novela que "Dora Bruder" es la mejor obra de Modiano. No sé si es así. Es el primer libro suyo que leo. No me duelen prendas en reconocer que este escritor era un desconocido para mí hasta que recibió el Premio Nobel. Ni siquiera entonces y tras echar un vistazo a su bibliografía me llamó la atención. Fue una reseña leída de esta novela lo que me decidió a leerla (dos, en realidad, las del blog Rustis y Mustis leen) Así que ya veis, pajaritos, no puedo opinar al respecto, pero lo que si puedo, una vez leída, es considerar que con ella, Modiano alza un monumento a la memoria."Son seres que dejan pocas huellas tras de sí. Personas casi anónimas. Nunca se alejan de ciertas calles de París, de ciertos paisajes de suburbio donde descubrí, por casualidad, que habían vivido. Lo que se sabe de ellas se resume en una simple dirección. Y esta precisión topográfica contrasta con todo lo que se ignorará para siempre de su vida... ese vacío, ese bloque de desconocimiento y silencio."Un relato desolador. Una lectura diferente pero necesaria. Eso es lo que me ha resultado esta novela. ¿Por qué le habrá tomado a Modiano tanto tiempo 'desenterrar' a Dora Bruder? No ha sido sólo una cuestión de burocracia, pajaritos, es que no quedaba nadie más. No hay nadie que le haya ayudado a rellenar esos huecos de los que hablábamos. Nadie ha sobrevivido a Dora Bruder. No queda nadie vivo que la recuerde, nadie que nos la cuente. Y no sólo a ella. Pero no es ese el único descubrimiento que guarda este libro. Dora Bruder pude ser yo, pudisteis ser vosotros, pudo ser Patrick Modiano, pudo ser cualquiera que viviera en Europa en esos años, cualquiera que viva en cualquier época y lugar en los que se repitan (no lo permitamos) semejante barbarie. Así de fácil, como si nos señalaran con el dedo: tú. Creo que ese es el verdadero motivo que impelió al premio Nobel a escribir esta novela, así como probablemente sea la causa de que estas 128 páginas me hayan pesado tanto. Un peso que aúlla sordo y silencioso, como el eco del olvido por las calles de París.
"Te clasifican en extrañas categorías de las que nunca has oído hablar y que no corresponden a lo que realmente eres. Te convocan. Te internan. Y querrías saber por qué."
mumble, mumble. Fotografía de Stefano Montagner
Ficha del libro:Título: Dora Bruder
Autor: Patrick Modiano
Editorial: Seix Barral
Año de publicación: 2009 (1997)
Nº de páginas: 128