Dormir para no olvidar

Cuando uno duerme, el cerebro desactiva muchas malas costumbres neuronales, como la que trata el olvido. Todo lo contrario de lo que pensabamos. Ya saben, lo de que domir ayuda a olvidar. Pues no es así. Al menos cuando adulto.Los niños cuando duermen están creando conexiones neuronales. Por eso duermen tanto. Siempre tienen sueños. Cuando más "gorditos" al nacer mayor parece su inteligencia innata -parece ser. No me atrevería a jurarlo-. Nacer primero, segundo, tercero, etc. en una familia tiene sus parámetros psicológicos asociados. Los meses del años en el que uno nace, también al parecer, influyen en el carácter (al final tú verás como el horóscopo no es una tontería). La matemáticas es el lenguaje del Universo. Y así hasta tantas y tantas teorías que después terminan por desmentirse para después escuchar otras tantas, y así hasta "el infinito y más allá". Cuando uno duerme deja de olvidar para entretenerse en una desconexión neuronal del efecto de tanta información en un sólo día. Qué hartera que diría el cerebro. Dormir es tan maravilloso, sobre todo con alguien al lado que no ronque. ¿No me digan que no les gustaría levantarse un poquito más tarde? (a los afortunados que tenga que levantarse muy o simplemente temprano para trabajar en los tiempos que corren). Sólo un poquito. O tal vez es el deseo de no olvidar. De no despertarse y comenzar a perder esos recuerdos y sensaciones que algún día le hicieron sonreír y creer que eran felices. Durmiendo nos olvidamos sin embargo de las tribulaciones diarias. Es curioso que en estados de "bajón emocional" queramos dormir más, como si ahí dentro en esas imágenes que Morfeo nos trae estuviera la solución. La verdad es que ahora tengo sueño. Y saber que mientras duermo no castigo a mi memoria con su pérdida me alegra el día. Dormir cura nuestras heridas emocionales, sin duda demostrado, y al mismo tiempo, nos reserva la memoria. Todo un lujo de dicotomía.