Revista Diario

Dorothy Gale

Por Evaletzy @evaletzy


Mientras Dorothy, acompañada de su mascota Totó, comienza a andar por el camino de baldosas amarillas con sus preciosos zapatos de rubíes; tú llegas al restaurante, acompañada de las promesas de una buena amiga, con tus sensuales stilettos rojos. Dorothy se encuentra con el espantapájaros; tú con la cita a ciegas que dentro del local te espera. Al ver al ser de paja Dorothy se asusta; tú también cuando ves al desconocido. Dorothy desata del poste al espantapájaros que no tiene cerebro pero desea tenerlo; tú piensas que quien frente a ti se encuentra puede que no tenga las facciones que te habrían gustado, pero a lo mejor tenga otras cualidades de tu agrado. Dorothy, Totó y el espantapájaros continúan juntos por el amarillo sendero; tú eliges continuar con el vino tinto para relajar la tensión. Dorothy conoce al hombre de hojalata; tú empiezas a conocer al individuo con el que compartes la mesa. El hombre de hojalata se lamenta porque no tiene corazón; tu cita a ciegas se queja de la atención del personal, de la pésima comida y del intolerable calor. Dorothy, su perrito y sus dos nuevos amigos cantan y van dando saltitos mientras avanzan hacia su destino; tú escuchas más protestas, te preguntas «por qué a mí» reiteradas veces y te odias por haberle hecho caso a tu amiga y haber accedido a ir a esa maldita cita. El león aparece en el bosque; el postre llega a tu boca. Dorothy descubre que el felino carece de coraje; tú adviertes que tu cita no tiene ni una pizca de sentido del humor. Los famosos personajes miran felices Ciudad Esmeralda, y ya no tienen dudas: allí encontrarán sus deseos; tú observas ansiosa las agujas de tu reloj, y ya no titubeas: tu cita es un verdadero pelmazo. Por fin Dorothy, el espantapájaros, el hombre de hojalata, el león y Totó encuentran al Mago de Oz; finalmente aparece el camarero y deposita la cuenta en tu mesa. El mago le asegura a Dorothy que la llevará él mismo a Kansas en su globo aerostático; tu cita te ofrece llevarte a casa en su descapotable. A pesar de su promesa, el mago abandona Ciudad Esmeralda sin Dorothy; ya querrías tú que tu cita quisiera abandonarte, pero no, lo que quiere es dormir contigo, y así te lo hace saber. Resulta que todo lo que Dorothy debe hacer para volver a Kansas, luego de haber aprendido una valiosa lección, es golpear tres veces los tacones de sus zapatos de rubíes. Tú la lección la has aprendido, jamás volverás a escuchar a tu amiga, pero, aunque estás en la puerta, el conseguir llegar a tu casa no lo tienes tan fácil. Tu cita insiste para que lo invites a subir. Tú intentas ser cortés. Insiste un poco más. No quieres ser ruda. Él sigue insistiendo. Hasta que sin ninguna gentileza de tu boca sale un rotundo ¡NO!
«Mejor sola que con semejante mamerto», te dices mientras te pones el pijama.
Vas al salón. Enciendes el dvd. Introduces la película El Mago de Oz y, al poco de empezar, cantas con Dorothy:
...Somewhere over the rainbow
Skies are blue,
And the dreams that you dare to dream
Really do come true...*

* En algún lugar sobre el arcoíris, los cielos son azules, y los sueños que te atreves a soñar, se hacen realidad.


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