Revista Cultura y Ocio
Si Moliere levantara la cabeza le iban a entrar ganas de revisar "El Enfermo Imaginario", a la vista de la cantidad de enfermedades nuevas que últimamente nos llevan a esas salas de espera que son como el confesionario de "Gran Hermano" (aunque es más un confesonario, pero la costumbre ha degenerado en esto. Cualquier día vamos a la carnecería a comprar chuletas). La cuestión es que a las consultas va gente de todo tipo: gente que está enferma, gente que va para que les receten -como el que va al banco-, gente que estuvo enferma pero ya se le ha pasado de tanto como ha esperado para la cita, y gente que va como podría ir a tomar té a una tertulia con la tita Cati. Estos son los peores, porque en caso de que no te encontrases mal, ten por seguro que después sales con un dolor de cabeza para el que tendrás que volver a pedir cita. Te cuentan su vida y milagros, te cuentan todas sus dolencias y, lo que es peor, te preguntan por las tuyas. Es cuando te sientes un miserable, porque sólo tienes una ridícula úlcera gástrica. Lo de ellos sí que es un currículum del que se puede alardear y no tu simple trastrorno. Si les pagasen por cada achaque no necesitarían trabajar, aunque hay algunos que, a fuerza de sumar aptitudes, lo consiguen.
Al Señor Purgón de Moliere, hoy en día, se le quedarían cortas las enfermedades. La bradipepsia, la dispepsia, la apepsia, la lientería, la disentería y la hidropesía no bastarían para llevar al hipocondríaco Argán a la locura. Necesitaría más, tal y como está el patio. El otro día, sin ir más lejos, una señorita a la que no conocía de nada opinó de un comentario mío a lo que le hice ver que no estaba muy de acuerdo con su intervención. ¡Para qué queremos más! Se sintió molesta y después de relatarme no sé cuantas cosas, me dijo que no la conocía de nada y que le habían diagnosticado hipersensibilidad. ¿Qué pasa, que es como el niño del Sexto Sentido? ¿Y eso qué tiene que ver? ¿Es que ahora al presentarnos hay que dar también el informe médico? -"Hola, me llamo Pepe y tengo hemorroides". Qué feo, ¿no? A mi me da que lo que le habían diagnosticado era imbecilidad.
Oigo hablar de los niños hiperactivos y me pregunto si existen o son un medio de consolarse para padres asustados (¿por qué hay tantas enfermedades hiper? ¿será para darles importancia, o porque se fraguan en el Carrefour?) Yo no recuerdo que siendo niño tuviese amigos o compañeros con esa dolencia. Había, a lo sumo, niños rebeldes, niños traviesos, niños tozudos o tocapelotas, directamente. Pero nada que no se solucionase con un cachete a tiempo. Ojo, que he dicho cachete, no hostia ni paliza; aunque esto merece estudio aparte. No se me echen encima los del defensor del menor. Pues nada, que ahora cualquier niño que corre a más de seis habitaciones por minuto ya es hiperactivo.
¿Y la gripe A? En cuanto se moqueaba un poco, o estornudabas cabezonamente, eras puesto en cuarentena. Con guardias de seguridad en tu puerta, vestidos con trajes de astronauta blancos y una cinta de seguridad alrededor de tu domicilio para impedir que cualquiera se acercase a más de quince metros de tí. Si ibas a un concierto, te escoltaban un grupo de guardaespaldas para que nadie pudiese tener contacto contigo. Te sentías como David Beckham en un congreso de la Asociación de Mujeres Promachistas (Ya sé que no existe, pero dada la proliferación de asociaciones femeninas, todo se andará). Y si afortunadamente, no tienes el virus, ármate de guantes, mascarilla, líquido desinfectante, escafandra y traje de amianto, por si acaso, no te vayan a contagiar. Lo bueno es que ahora se ha concluido que la Gripe A no era para tanto. Vamos, que ha pasado de ser una pandemia a una pamema.
Para los susceptibles, aclararé que no me mofo de quienes padecen alguna enfermedad. Simplemente, considero que estos temas hay que tratarlos con cierto humor, como método para quitarles gravedad y contribuir a la buena salud de las personas. ¿No es la Gelotología una buena terapia preventiva y curativa?