No entiendo nada, pero nada. Por un lado Rajoy está muy contento y nos vende con primor 'que no se puede ser optimista absurdo' y tampoco se puede ser 'cenizo'.
Rajoy tiene a la ciudadanía en constante 'si pero no', o mejor 'no pero si', que ya se sabe que el presidente Rajoy es de una inconsistencia pura y dura; no sabes de verdad cuando se dirige a un sitio, si acaba de llegar o acaba de marchar.
Eso sí, quien viene ahora es Bruselas (mejor dicho no viene, es que no se ha ido de nuestro lado) y le dice al Ejecutivo que quiere más carnaza y que otros dos años más de sacrificios son indispensables para los españolitos para enderezarnos de una vez por todas de 'esta herencia recibida'.
Qué cosas tiene Bruselas, le hace añicos el discurso optimista ¿absurdo? de Rajoy y va y le pincha el globo que se acaba de comprar con su ego y lo desinfla, justo al comienzo de la campaña de las elecciones europeas ¡zas!, en toda la boca.
Se debe de sentir fatal pues Rajoy no entiende por qué no vemos los ciudadanos lo que él ve, pues somos unos 'cenizos' y 'tristes', y según él, nos gustan las malas noticias, y debe de ser verdad, pues se nos nota que estamos encantados de que la cosa no vaya bien.
Mire usted Rajoy, qué cosas tiene Bruselas, eso sí, nos dan un poco de coba por los esfuerzos de España ¿de todos los españoles? y la incipiente recuperación ¿recuperación? en que Rajoy se empeña aunque seamos cenizos.
Qué cosas tiene el presidente de todos los españoles.
Dos años más de sacrificios.