Si preguntamos a una cohorte grande y diversa por la frase "dos hombres y un destino" nos encontraremos dos tipos de respuestas:
- Paul Newman y Robert Redford
- David Bustamante y Àlex Cassademunt
y muy probablemente esta separación de respuesta se deba a un salto generacional.
No. No vamos a hablar de música ni películas. Vamos a hablar de la forma de ordenar la información en un artículo científico.
Un texto científico debe ser claro y ordenado. Debería usar un lenguaje que no diese lugar a interpretaciones y las descripciones deberían ser tan inteligibles y exactas que pudieras repetir el experimento en tu laboratorio y reproducir los datos (de eso se trata). La mejor forma de conseguir este orden, dado el volumen de publicaciones científicas, es seguir un esquema que se ha venido en denominar IMRYD (Introducción, Métodos, Resultados y Discusión). Sin embargo el esquema no siempre se sigue al pié de la letra y es posible que otros esquemas también respondan bien a las necesidades. Vamos a verlo comparando dos artículos.
El primero es un texto de de 2009 que podéis descargar de forma gratuita AQUÍ.
Se trata de un texto de Anja Brencic y Stephen Lory, ambos investigadores de la Harvard Medical School en Boston. Describen la identificación en la bacteria Pseudomonas aeruginosa de más de 500 genes regulados por una proteína reguladora denominado RsmA, además de RNA mensajeros que no codifican para proteínas. Pero el contenido no es lo importante hoy.
Su estructura se podría resumir en IRDYM.
La introducción es somera sobre el tema pero muy adecuada para saber el estado de la cuestión. Los resultados son bastante extensos en ellos ya se puede ver parte de los métodos e incluso de la discusión de resultados. Dada la extensión del artículo casi tiene sentido ir discutiendo cada bloque de resultados para digerir mejor la información. La discusión general yo la denominaría meta-discusión porque hace referencia a las discusiones del apartado de resultados. El artículo acaba con una parte de material y métodos que está muy basada en materiales de artículos anteriores del grupo.
El segundo de los textos es de 2016 y podéis descargar el texto completo de forma gratuita AQUÍ.
Reconozco que aquí vengo a hablar de mi libro y es un artículo del que soy autor junto a mis dos codirectores María Isabel Ramos-González y Manuel Espinos-Urgel.
Está centrado igualmente en la misma familia de reguladores de tipo Rsm pero en este caso en la bacteria Pseudomonas putida y además hace un especial hincapié en que estas proteínas reguladoras se regulan a sí mismas y entre ellas. Pero vamos con la estructura.
Su estructura se podría resumir en IMRYD.
En este caso la introducción es mucho más somera y tiene muchas referencias ya que al pasar los años el tema está mucho más tocado. Los materiales y métodos están muy descritos ya que en algunos casos es la primera vez que se ponen a punto, pero además adelantan parte de los resultados. Como en el texto anterior, los resultados avanzan parte de la discusión por bloques para luego dejar la discusión para temas que van mas allá y de alguna forma avanzan los artículos que saldrían publicados uno y dos años más tarde.
Como vemos, ambos textos tienen una estructura ligeramente distinta y sin embargo responden bien a su función, siendo en ambos casos reproducibles y claros en sus conclusiones. Si bien ambos incluyen un resumen al principio, el texto de 2016 incluye además unas líneas con la importancia de la comunicación y sus resultados de forma con la lectura del resumen y estas líneas puedas tomar la decisión de leer o no el artículo completo.
Dos artículos con un mismo objetivo, comunicar la ciencia a los pares y hacer públicos unos resultados de investigación que hacen avanzar el conocimiento. Curiosamente el mismo sistema de regulación afecta a cosas tan distintas como las afecciones pulmonares por fibrosis y las poblaciones bacterianas de la raíz de las plantas. En ambos casos la formación de biopelículas y la regulación de su formación tiene mucho que decir.