Revista Música

Dos bandas y un destino, nunca es tarde para una ráfaga de Rock ‘n’ Roll

Por Alberto C. Molina

Dos bandas y un destino, nunca es tarde para una ráfaga de Rock ‘n’ Roll

ALBERTO C. MOLINA

El telón, un patio de butacas, tres plantas por encima, terciopelo rojo por doquier, o al menos una imitación del terciopelo rojo… pero nada de grandes dimensiones, al contrario y como se suele decir, todo muy recogido. Así es el Teatro Lara de Madrid, ubicado en una zona tan pintoresca como es Malasaña. Y hasta allí encaminan sus pasos un redactor y un fotógrafo de Rockinandblogin.com, para cubrir el concierto que allí ofrecien ciertos músicos igual o más pintorescos aún. Arizona Baby y Los Coronas, juntos, revueltos y cada cual por su lado también, o lo que es igual, Dos bandas y un destino.

La pregunta que se hacen mientras aguardan la aparición de los músicos sobre el escenario no es cómo sonará la fusión de ambos estilos. No, sabiendo como saben que los Arizona hacen un country acústico y Los Coronas, “surf music Spanish style”, esa no es la pregunta. Lo que les llama la atención es cómo sonarán en un marco como el descrito unas líneas más arriba, y salvo una especie de eco en los micrófonos, la verdad es que el experimento del Teatro Lara no sale rana. Lo de “rana” viene a cuento de que el concierto no arrancó hasta las 23.45, que ya está bien para comenzar, pues hubo que esperar que acabara una representación teatral y salieran los espectadores… que no les sorprendió, en absoluto, porque la obra estaba bien anunciada, lo que no vieron fue un solo cartel de Dos bandas y un destino.

Aparte de esta crítica, si se le puede llamar crítica a la organización, el concierto no defraudó. Tocaron todos juntos, las dos bandas entremezcladas, pero también por separado, aunque durante la primera parte del concierto se vio bastante más a Arizona Baby que a sus compañeros. Hemos puesto etiquetas, porque es algo que nos gusta más que comer con los dedos, pero realmente lo que hicieron fue tocar Rock ‘n’ Roll, sin más, o quizás no, al más puro estilo Far West, con imágenes de diligencias, apaches, vaqueros y sheriff  proyectadas al son de la música sobre una gran pantalla tras ellos en el escenario. Temas como Ouch de Arizona, Flamenco de Los Coronas (versión de Los Brincos), o Buenas tardes amigo o Runaway todos juntos.

Dos bandas y un destino, nunca es tarde para una ráfaga de Rock ‘n’ Roll

No obstante, hubo a quien no le llamó la atención si unos tocaban más o menos, sino la atmósfera familiar que lo envolvía todo. Sólo había que fijarse en la complicidad desplegada, entre canción y canción, entre Javier Vielba, la barbuda voz de Arizona Baby, y el público que llena el recinto exceptuando el gallinero —en el que somos cuatro gatos contados, pero desde donde se sacan instantáneas tan buenas como éstas que veis por aquí—. Los tuvo en el bolsillo, bromeando acerca del señor Marrón —rubén Marrón, guitarra de Arizona—, y sobre todo cuando los Arizona tocaban solos.

Decaía el ambiente cuando salían Los Coronas a defender su estilo en solitario, se notaba pese a sus ritmos populares, como con esa versión de Los Brincos citada más arriba, pero seguramente la mayoría de los presentes en el teatro habrían acudido por los de Valladolid y no por ellos, las cosas como son.

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