Revista Insólito

Dos billetes

Publicado el 01 mayo 2015 por Monpalentina @FFroi
  • El 12 de marzo subía a nuestra sección de "Curiosón invitado" Marcelo Posada, argentino que firma en Google+ como Marcelo de la Costa. Aprovecho las palabras de Edit Norma Amieiro que no suele regalar halagos, pero que no se resiste ante uno de sus versos y escribe emocionada: "Me gusta su estilo puro y fresco como la naturaleza en primavera."
Dos billetes


Marcelo Posada


Era una noche como cualquiera, no recuerdo en que mes, pero era una noche igual a tantas otras. El frío arreciaba a esa hora en que escasea el tránsito cansado de los vehículos y hasta las ánimas por temor permanecen en sus sepulcros.
Él, esclavo de su debilidad, se aseguró que los bares ya hubiesen cerrado para evitar inesperados testigos. Ella, como casi siempre, estaba a mitad de cuadra, justo en el límite entre la acera y el asfalto. Bella, provocativa, insinuante. Aguardando la llegada de algún desconocido que al menos justificara la inclemencia sufrida.
Desde la esquina la vio. En un primer momento dudó en avanzar o solo verla y regresar. Sabía perfectamente que una vez iniciada la marcha y ser visto, ya no podría echarse atrás. Se aseguró por última vez la ausencia de miradas indiscretas y se dirigió a su encuentro.
Ella lo recibió con una amplia sonrisa y falsas palabras halagadoras. Él apenas movió la comisura de los labios. La investigó y fue investigado. La recorrió con su mirada, pero ella apuró sus ojos y lo miró fijamente esperando la pregunta habitual. “Cuanto”, dijo con una voz que intentaba fingir seguridad pero a la que le era imposible ocultar su nerviosismo. Ella con un tono de experimentado mercader le contestó “dos billetes” y sembró entre los dos uno de esos  silencios que establecen una expectante distancia mientras se aguarda una respuesta. Él indagó en su bolsillo derecho, tomó los billetes pactados y quebró el puente que le habían tendido.
Ella fingió una sonrisa con su respectiva tierna mirada. Le preguntó si prefería la luz mortecina del farol público o el resguardo que ofrecían las sombras en la cercana entrada de garaje. Él prefirió la luz. “Quiero verte”, contestó ya mucho más decidido. “Como quieras”, fue su lacónica respuesta.
Arrojó su goma de mascar ya sin sabor, se acercó a él y lo besó… profundo, absoluto, total. Casi con seguridad, fue un beso breve, rutinario y habitual  para ella… eterno  y portador de todo el amor del mundo para él. Sin cerrar los ojos, sintió que la soledad en ese instante se hacía añicos… que el cristal que lo separaba del mundo circundante se desintegraba y caía a sus pies.
Ella separó sus labios de los labios de él. Él cerró los ojos un instante y volvió en sí. “Listo bebe, ya está” fue lo primero que le escuchó decir. Supo que debía marcharse. Ella volvió a hurgar en la calle vacía, esperando otro desconocido, otro beso, otros dos billetes. Él regresó pisando las huellas dejadas en el camino por el cual había llegado. Volvió a sentir frío, y puso a resguardo sus manos en los bolsillos. Echó una última mirada a su alrededor para asegurarse no haber sido visto. Y sin mirar hacia atrás, dobló en la esquina y se marchó.
Ha publicado trabajos en la revista literaria “Anuario Avatares Letras 2013”, Antología “Letras del Face III 2013” (Editorial Dunken), Antología del V Concurso Internacional de Poesía Atiniense 2014, "Selección de Cuentos y Poesías 2014" (Editorial Dunken), Antología “Versos desde el corazón" (Editorial Diversidad Literaria – Madrid), Antología “Diario del Amor 2015”-
Galardonado con el segundo puesto en el “Concurso Literario de Poesía y Cuento Horacio Quiroga - 2014” organizado por la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) Zona Norte.
 
Marcelo Posada || Curiosón invitado 

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