Los unos son jinetes que cabalgan sobre las olas de rock and roll surfero e instrumental. Los otros son centauros del desierto,vaqueros de la meseta en llamas con su música afilada y sinuosa como la picadura de una cascabel. Los unos son Los Coronas, años y años de escenario; los otros, son Arizona Baby, casi recién llegados, pero ya con varias y meritorias muescas en su colt del 45 musical. Tarde o temprano tenían que encontrarse en el OK Corral del rock y echarse al coleto y cara a cara unos tragos de bourbon. Aclarado el gaznate, decidieron cabalgar juntos en una gira que ha reventado los saloon de media España y ha hecho vibrar a los presos de la penitenciaría del condado. El nombre de la gira, un homenaje a la clásica película de George Roy Hill, Paul Newman y Robert Redford: «Dos bandas y un destino».
En dicha gira, además de sus propios repertorios, las dos bandas recrearon con tino, acierto y garra un puñado de tonadas imperecederas. El concierto ofrecido el 18 de noviembre de 2010 en el Joy Eslava madrileño se edita a ahora en CD y DVD. Y en él se incluyen, a saber: «Everybody Knows This Is Nowhere», de Neil Young; el «Runaway», de Del Shanon; «Shakin All Over», de aquellos rockers de pro que fueron Jonny Kidd y los Piratas; «Pushin too hard» de la banda angelina The Seeds, liderada por Sky Saxon, enganchada al «Mr. Soul» de Buffalo Springfield (con un guitarra stoniana que se regodea en «Satisfaction»), para dar paso al «Supernaut» de Black Sabbath; y sin prejuicios, los chavalotes pasan del rey del bolero colombiano Alci Acosta y su «Cárcel de Sing Sing» al «Wish You Were Here», de Pink Floyd. Aunque aún quedan perlas, como «Secret Agent Man», otro clasicazo de S. Barri, P.F. Sloan y Doc Pomus, que popularizó Johnny Rivers, sazonada con unas estrofas del «Surrender» de Elvis, para cerrar la intensísima sesión con «Too drunk to fuck» de ese irredente punkarrón que es Jello Biafra de los Dead Kenedys, y un himno de la música forajida: «I Fougth the Law», escrita por Sonny Curtis, popularizada por Bobby Fuller, y que es una de las canciones más versioneadas de la historia del rock: los Clash, Green Day, The Oyster Band, y otros cientos de artistas.
Nada de pistolas
Hemos conseguido sentar a la misma mesa a dos de estos tipos, a Fernando «Coronas» Pardo y a Rubén «Arizona» Marrón. La única condición era dejar el revólver en manos de la camarera del saloon. Los tragos corren de nuestra cuenta. ¿Estos viejos tahúres esconderán algún as debajo de la manga?
—Estimados forajidos, seamos sinceros, ¿a quién se le ocurrió la idea de este matrimonio que, desde luego, no parece de conveniencia?
—Fernando «Coronas» Pardo: Fue una ocurrencia de los Coronas. Arizona Baby tenían todo lo que no teníamos y por ello les envidiábamos: voces, guitarras acústicas, percusiones y … barbas. Así que en lugar de recurrir a la violencia, decidimos unirnos para disfrutar de sensaciones nuevas y de paso y si era posible, crecer un poco.
—Rubén «Arizona» Marrón: Habíamos coincidido en algun concierto y hubo buena química desde el principio. Actuamos juntos en Madrid en la sala Moby Dick y allí ya tocamos «Shakin` all Over» todos juntos. Al cabo de un tiempo, Fernando nos comentó la idea de unir fuerzas y semejante duelo nos pareció irrenunciable.
—¿Qué aprendieron ustedes de los Arizona y que creen que pueden haberles enseñado? Y viceversa, claro.
—(Los Coronas). De Arizona aprendemos cosas constantemente, son muy buenos músicos y son una fuente de entusiasmo enorme, aún se creen que todo es posible.
De nosotros creo que aprenden que todo es posible pero a base de una mezcla de la fe necesaria y la miopía ante la realidad justa. Ah, y muuuuucho esfuerzo y oídos sordos a las amables y constantes recomendaciones de que se busquen un trabajo mas serio.
—(Arizona Baby). De Los Coronas seguimos aprendiendo cada día. Son gente curtida en mil batallas. Como unos padres que te dan mil consejos oportunos sobre el escenario, la carretera. Y lo curioso como en el caso de los padres a los que uno no suele hacer caso es que tienen razón. Ellos, tal vez, hayan aprendido de nosotros a ver las cosas desde nuestra perspectiva que es más la del mundo indie que sigue siendo donde se gestan las ideas y en el que tal vez han sido injustamente eludidos.
—¿Fue fácil ponerse de acuerdo en cuanto a las versiones de clásicos? Son ustedes de generaciones a priori muy distintas.
—(Los Coronas). Fue muy sencillo, somos todos amantes de un tipo de cultura y de subcultura muy parecido, un punto de encuentro en el que los clásicos se encuentran con la serie B. Además una de las premisas era acercar tanto la imagen general del grupo como el contenido de las canciones al espíritu del fuera de la ley. El desgraciado perdedor al que las circunstancias, más que su propia maldad, le llevaron por el mal camino.
—(Arizona Baby). Nos une la misma pasión por un tipo de música, cine o referentes culturales que todos hemos mamado desde chavales. Hay gente joven hoy en día que disfruta lo mismo de White Stripes que de Elvis o Led Zeppelin; de Jean-Luc Godard, Sergio Leone, Star Wars o Terrence Malick. Es lo bueno de la música o del arte en general, que se puede disfrutar muchos años después de haber sido creado.
—Nueva escuela, vieja escuela, todos somos R’N’R... pero dicen por ahí que el Rock & Roll ha muerto...
—(Los Coronas). Si algo nos ha enseñado la Serie B y sus películas de terror es que el hombre es débil, pero cuando se convierte en un zombie se vuelve en indestructible y vive por siempre. Lo mismo le pasa al rock and roll, ha muerto como música de masas pero ha cogido una fuerza real y profunda que nunca había tenido, mas allá de que genere o no dinero. El R’N’R’ es el estilo más bastardo de todos, se mezcla con todo y con facilidad lo lleva todo a su terreno. El R’N’R y el skateboard son los mejores inventos de nuestra peculiar sociedad del progreso.
—(Arizona Baby). Bueno, como frase lleva activa muchos años...Sin embargo cada vez hay mas bandas de rock. Incluso todo el nuevo panorama indie USA se nutre del espíritu libre del rock y el underground clásicos. Puede que no vivamos su mejor momento como generador de nuevos movimientos y que, tal vez por eso, los medios estén mas interesados en Lady Gaga o Shakira. Pero lo cierto es que a nivel alternativo nunca ha habido un panorama tan amplio y variado. Internet es el ejemplo perfecto. Puede que no se venda rock como en los tiempos de Bob Seeger, Springsteen o Metallica pero más que nunca se puede sobrevivir haciendo rock.
—Por otra parte, nuestra música de hoy parece más bien blandita, que anda algo escasa de forajidos...
—(Los Coronas). La mayoría de la música de hoy es música de usar y tirar, para oyentes que no buscan identificación con nada que no dé dinero, música de fondo para gente demasiado cansada tratando de sobrevivir. Nuestra música es para vividores al viejo estilo mediterráneo, la banda sonora perfecta para un rito dionisíaco. Para entregarte a una danza frenética y liberadora al ritmo de Rock And Roll. Y al día siguiente... a la oficina de nuevo.
—(Arizona Baby). Son ciclos, siempre ha sido así. Va y viene, pero yo creo que tiene más que ver con la repercusión de los propios medios. Vivimos la época del MP 3. Es decir un tiempo que no valora ni el sonido de la propia música. No es solo una cuestión del formato. Es un síntoma de cómo se aniquila la vinculación emocional, fetichista si se quiere, del fan con el artista a través de algo más. Es un lenguaje de comunicación que sucumbe a la asepsia de la tecnología. Justo lo contrario a la actitud rebelde clásica del rock. Eso hoy sería irrepetible a nivel popular como lo fue en los tiempos de las revueltas juveniles de los 60 o los 70 de la Transición en España. Pero bandas de Rock sigue habiendo, hay épocas en que están más "de moda" que en otras, pero forajidos hay siempre por ahí...
Y ahí los dejamos. Vuelven al mostrador, se echan otro trago y otra vez dos cabalgan juntos. No hay nada como un atardecer en Texas.
(www.abc.es, Manuel de la Fuente)